Memoria suburbana: la cultura hip hop en Cuba
Néstor E.
Rodríguez
Toronto, Canadá
Difícil y hasta absurdo sería
para un amateur como yo en materia de hip
hop intentar una definición erudita de esta cultura que
ha venido sacudiendo las sociedades del llamado mundo globalizado.
Mi intención con estas notas es más bien llamar la
atención sobre el indiscutible valor de las manifestaciones del hip hop en la manera de entender
ciertas zonas de la cultura caribeña actual. Es más, me
atrevo a sugerir que la historia cultural de las Antillas de hoy no
puede narrarse sin tomar en cuenta la producción
simbólica derivada del hip hop,
ya sea en la forma del grafitti,
el baile o en la letra de las canciones. Hablo, por supuesto, del hip hop como espacio de resistencia
y negociación de identidades, como esa zona de encuentros y
desencuentros que tiene su génesis a principios de los
años setenta en New York y que tiene como uno de sus mayores
atributos el carácter multiétnico y transnacional de sus
elementos. Es esa producción cultural de índole
reivindicativa y comprometida con la tarea de dar voz a ciertos actores
sociales históricamente invisibilizados por el establishment
cultural la que fertiliza la afluencia de proyectos artísticos
que vienen a conformar lo que hoy se conoce como cultura hip hop. La contundencia de sus
artefactos es lo que hace que desde la academia, con algo de retraso,
se valore su estudio con cada vez menos perplejidad.
Quisiera enfocar mis impresiones en el
contexto de la Cuba actual. El devenir del hip hop en la mayor de las Antillas
supone, como todo lo cubano, el asumir un necesario dramatismo.
Piénsese, por ejemplo, en la manera en que el rap se cuela en la isla a
través de unas pocas emisoras de la Florida que se aventuraban a
incluirlo en su programación para finales de los años
ochenta. Eran esas transmisiones llegadas desde estaciones de radio de
Cayo Hueso las que llegaban en progresión rizomática
hasta Alamar, un apartado sector residencial de La Habana construido
para albergar técnicos rusos en los años dorados del
internacionalismo proletario y que hoy día alberga a decenas de
familias apiñadas en sus falansterios. La onda expansiva
generada por este contacto en Alamar tocó otros sectores de La
Habana. Hoy son unas 200 las agrupaciones de hip hop de la capital y más
de 300 están desperdigadas por el resto de la geografía
insular. Entre las más conocidas y de mayor relieve
internacional se encuentra el colectivo La Fábri_K, iniciativa de los
grupos Doble Filo y Obsesión. Hace poco pude
compartir con los integrantes de este último previo a un
concierto en el Lula Lounge
de Toronto. Sus integrantes, Magia López, Alexei “El Tipo Este”
Rodríguez y Yelandi Playa, además de ser poetas y
cantantes, ejercitan una intensa labor como trabajadores sociales en sus respectivas
comunidades de origen y conciben su arte como un instrumento de
integración social basado en la ética de la no-violencia.
Obsesión ha
llevado su trabajo a diversos escenarios en Francia, Inglaterra y los
Estados Unidos con excelente acogida tanto del público como de
la crítica periodística. A Canadá llegaron de la
mano de Nomadic Massive, formidable colectivo de hip hop afincado en Montreal y muy
conocido en el ambiente underground
habanero.
Los miembros de Obsesión son cubanos facundos
(¿será esto un pleonasmo?) y en una hora intermitente
entre receso y receso me ofrecieron un detallado recuento del
desarrollo del hip hop en
Cuba desde finales de la década del ochenta hasta el presente.
Una de las cosas que más me impactó de todo lo contado
fue el saber que el desarrollo de esta cultura ha sido tan acelerado
que el gobierno se vio en la necesidad de tener que legitimar las
manifestaciones del hip hop
dentro del proyecto cultural revolucionario. Para normalizar esta
efervescente muestra de creatividad entre la juventud cubana, el
Ministerio de Cultura fundó la Agencia
Cubana del Rap, institución que se encarga de manejar una
decena de grupos de rap,
además de dirigir un estudio de grabación y editar una
revista dedicada al género: Movimiento.
Entre risas y digresiones, pregunté a la gente de Obsesión por su parecer en
torno a esta clara adecuación de la norma revolucionaria al
movimiento de los tiempos que corren. Me detuvieron con una frase que
tronó como un apotegma: “Asere, atiéndeme, nosotros somos
revolucionarios de la cultura. Quédate pa’l cierre”
Canción del grupo de
hip hop cubano Obsesión
LA VIDA
Letra: Alexei Rodríguez /
Magia López
La vida se me estruja..Me empuja!
quepo por el hueco de una aguja
asi, flaco, igual puedo con un saco
¿Oíste?
(por la izquierda sale más barato)
Un dato: no mezlar escasez con falta de honradez
(por lo menos, eso trato)
me bato everyday con suficiente olfato pa' no caer en desacato
a no ser que haya maltrato.... 4,5,6..
Hace rato que vengo partiendo to' los acetatos (vinilos)
La letra dice: ¡ño!... cuando hay na' ma boniato y arroz
pero gracias a dios que tengo siempre algo en el plato
Atos, Portos y Aramis ¡ja!
mosquetero soy yo que vivo aquí.
Estribillo:
Chere, chere, chere.... la vida
( se repite)
Detrás de la fachada
donde la rutina clava su mirada, en la barriada vivo
oyendo voces de centavos, raspando
en el invento sigo
trabada en las contradicciones que ponen en jaque mis aspiraciones
y me desdoblo imitando el movimiento natatorio de los tiburones
surgen canciones a la sombra del estrés
que sufro cada vez
que tengo que pensar
¿Qué es lo que voy a meter en la cazuela?
....aplico ciencia de no perder paciencia cuando la carencia se
evidencia más
ahora mismo no hay TECHNICS
me haría falta un buen scratch allá atrás
hay necesidad a la vez paz
nadie sabe lo que tiene hasta que ¡zas!
te vas
y no sabes dónde estás
¿será ley de la vida? .... quizás...
Estribillo:
Chere........ la vida
(se repite)
Estos son los rollos que traen las memorias de mi subdesarrollo
la pobreza no me corta el cuello
lo que hace más bien es un ensayo
ya yo tengo cayos de tanta y tanta relación microfo-vida
me rodea el TEN CUIDADO CON LO QUE DIGAS,
TIENES QUE DECIR LAS COSAS CON TACTO!!
pero es el contexto el que me hace los textos estos
yo sólo pongo el resto
dialecto presto pa' cualquier batalla así que ¡vaya!
Estribillo:
Chere, chere, chere....... la vida
(se repite)
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