Julián del Casal
Alberto Arias Sánchez*
Es el dulce poeta que fue.
¡Y murió joven! ¡Cuando la vida le sonreía y las Musas le amaban!
Sus versos parecen dictados por misteriosas hadas; tal vez por aquellas mismas con las que tenía amores el poeta; tal vez por la que más le quería!
¡Murió el cubano Julián del Casal, el bohemio amado de las Musas, el dulce poeta ardientemente disputado por las hadas!
La vida fue para él un sueño, una quimera.
Sintió, amó, y escribió sus versos, dictados por las hadas bellas que le amaban y por los gnomos que le querían también.
La muerte cruel, esa tétrica amiga de los que lloran, le arrebató al amor de las hadas y al cariño de los gnomos. . .
¡Y murió joven! ¡Cuando la vida le sonreía y las Musas le acariciaban!
¡Morir joven! ¡Qué horror, Dios mío! ¡Yo no quiero morir joven!
¡Morir, cuando apenas se empieza a conocer la Dicha, la Felicidad, el Placer, el Amor!
¡Morir cuando se empieza a ser hombre, a gozar de la vida!
¡Morir, cuando la mente está llena de rosados ensueños, sedienta de Gloria, de Fama, de Renombre; cuando se sueña con mil bellezas, con mil deidades, con mil cosas ignotas!!!. . .
¡Ah! Entonces. . . entonces ¡qué triste debe ser la muerte, qué repugnante y horrible su beso frío sobre nuestra frente llena de mágicos ensueños, sobre nuestra frente joven que aspira los laureles de la gloria, y junto con los besos de su madre, el beso de su amada! . . .
¡Ah, qué triste y frío el beso que en su frente recibió Casal!
La Parca fiera le arrebató ¡cobarde! al amor de sus hadas y de las Musas.
La vida fue para él un sueño, una quimera.
Hoy reposa su tumba sombría a la orilla del mar, en una tierra hermosa que lucha por salvarse; hoy reposa en su tumba, guardada por las hadas, que recitan sin cesar sus versos y evocan, llorando, su memoria.
Alberto Arias Sánchez. Ratos de ocio (escritos literarios). Con un «Proemio» de D. Federico Escobar. Guayaquil: Imp. La Nación, 1896. pp. 138-9.