Breves apuntes para el estudio de los nombres cubanos contemporáneos
(a quien pueda interesar)
Emerio Medina, Holguín, Cuba
La formación de nombres contemporáneos a partir de sonoridades de otras lenguas no es exclusiva de Cuba, ni se reduce únicamente a los tiempos más recientes. Ya en épocas tan antiguas como la etapa de colonización de América ocurrió un proceso lento y complejo de síntesis, mezcla, absorción y evolución de culturas que se desarrollaron juntas, si bien en la mayoría de los casos la cultura invasora (francesa, inglesa, española, portuguesa y holandesa, fundamentalmente) tuvieron un predominio marcado. En países como Brasil y Venezuela, por ejemplo, la mezcla de hábitos culturales generó tempranamente infinidad de nombres propios de formación onomatopéyica que servían a los habitantes nativos para acercarse a la cultura dominante, toda vez que ciertas reglas sociales los excluían abiertamente. Creo, sin embargo, que no fue ese el motivo fundamental para el surgimiento de nuevos nombres. Me inclino más a pensar que los pueblos americanos autóctonos se sintieron atraídos por las sonoridades foráneas y trataron de imitar los nombres de sus invasores. En Cuba ese proceso fue menos marcado; nuestros aborígenes fueron exterminados tempranamente, y los negros africanos, aun sin entender su nueva condición de esclavos, se vieron obligados a renombrarse a la española. En el siglo XX sufrimos el dominio neocolonial norteamericano, lo que nos llevó a incorporar una pequeña dosis de sonoridad inglesa, pero eso no fue suficiente para acriollar los nombres gringos. A lo sumo, muchos cubanos nacidos antes de 1970 fueron bautizados con nombres ingleses limpios como Melvin, Richard, Christian, Donald, Ronald, James, Robert, Douglas, Irene, Elizabeth, Mary, Virginia, o ciertos nombres europeos clásicos como Giselle, Dánae, Miriam, Adonis, César, Antón, Briseida, Cecilia, René, Ariel, Armando, Orlando, etc. Hubo en todo ese tiempo muy pocos casos de cubanización, por cuanto los nombres generalmente eran tomados de la guía de los Santos Patrones y el asiento era realizado por personas cercanas a la Iglesia Católica.
A partir del triunfo de la Revolución Cubana las cosas comenzaron a cambiar. Quizá en la primera década de la Revolución no hubo todavía una influencia directa de alguna cultura extranjera. Los niños nacidos en la década de los años setenta, sin embargo, ya tuvieron que ser nombrados de acuerdo con la sonoridad que sus padres tenían en la cabeza: el sonido ruso. Ya en ese tiempo Cuba y Rusia llevaban casi diez años de relaciones intensas; cabe suponer, pues, que los cubanos en edad de procrear ya habían sido tocados por la sonoridad eslava. Nombres propios como Vladímir (Lenin), Yuri (Gagarin), Valentina (Tereshkova), Katiusha (heroína de una canción rusa muy popular en Cuba), Mashenka y Kashtanka (personajes de dibujos animados), Volodia (personaje literario), Laika (perra que subió al Cosmos), Iván (el Terrible), Yulián (Semiónov), o apellidos como Alekseyev (Vasili), Visotskiy (Igor), Plisetskaya (Maya), Zhúkov (Gueorgui), o nombres de ríos como Dniéper, Dniéster, Yenisey, o nombres de instalaciones deportivas como Olimpiiskiy (estadio), Krilatskoye (complejo para deportes acuáticos), o de ciudades como Kiev y Minsk fueron tan populares que los cubanos, simplemente, trataron de imitarlos. Ocurrió entonces una cubanización de la sonoridad rusa. Nótese en los nombres cubanos actuales el uso de la letra K (esta letra prácticamente no se usaba en el español que se habla en Cuba). Nótese la abundancia de nombres derivados de Yuri (o Yuli, o Yuni, por extensión). Nótese también el uso de la combinación TS en las terminaciones de nombres al estilo de Danitsa, Yaritsa, Yandritsa, Yuditsa, o quizá el uso de la terminación ‘uska’: Mariuska, Yandriuska, Aliniuska, etc. En fin, podría citar aquí muchos ejemplos de cubanización. Creo que el ruso, al ser un idioma polisilábico, forma con el español que se habla en Cuba una combinación perfecta; puede que extraña, en general, pero efectiva.
Debo aclarar, sin embargo, que el idioma ruso no es el único que ha aportado sonoridades. Las lenguas habladas en los países del campo socialista de Europa hicieron muchísimos aportes a toda esa mezcla. El alemán, si bien no fue en Cuba un idioma tan popular como el ruso, aportó variantes de interés. Lo mismo pasó con el polaco, el checo, el búlgaro y otros. Pero, cosa interesante, todas estas sonoridades llegaban a través del ruso. Recordemos que la asignatura Idioma Ruso formó parte del Sistema de Educación cubano durante casi cuatro décadas; tuvimos, además, transmisiones radiales diarias de lecciones de esa lengua en un programa que se llamaba Russkiy yazik pa radio (Idioma ruso por radio).
Por ahí andan también las influencias del inglés, el francés y el italiano. La lista, en definitiva, es larga. En cuestión de tres meses he logrado recopilar más de tres mil nombres cubanos contemporáneos que revelan la influencia de alguno de esos idiomas; en muchísimos casos esa influencia es múltiple, de manera que puede fácilmente encontrarse la combinación de dos o más idiomas para formar un nombre nuevo: Katisleidis (ruso e inglés), Lietnilaimis (ruso y algo más), Yanetsi (francés y ruso), Arisyunaika (algo más y ruso), Yumiquelmis (¿…?). Tómese, por ejemplo, el nombre Ivaniuski, y con facilidad se establecerá su composición: Iván (nombre clásico ruso) y uzkiy (adjetivo y terminación de adjetivo). O escúchense los nombres Niéper, Niéster y Yenisei, y se sabrá enseguida que corresponden exactamente a los ríos Dniéper, Dniéster y Yenisey. O establézcase la cercanía entre el nombre cubano moderno Yubileisis y el adjetivo ruso yubileiniy (de celebración, de aniversario).
Es posible encontrar una situación similar en países como República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, la parte oriental de Méjico, la costa caribeña de Colombia, Venezuela, Costa Rica y Brasil, pero allí falta el componente ruso. Cuba está en mejor posición respecto a esos países. Los nombres de nuestros compatriotas menores de cuarenta años así lo demuestran.
NOMBRES CUBANOS CONTEMPORÁNEOS DE ORIGEN RUSO
A:
C:
D:
E:
I:
J: K: L:
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Lietmer
M: N: O:
P:
R:
S:
V:
Y:
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Ye: Yi: Yoelkis Yoilquis Yordanka Yorkelis Yorkeidis Yu:
Z:
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