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Exposición de Hirám Cartaya 

Homenaje a María Remolá
 
 

Hirám Cartaya: la arcilla, ese "algo muy próximo a lo humano"

     La Habana Elegante ofrece hoy a sus lectores en todo el mundo, con profundo orgullo y alegría, una Alina Rodríguez e Hirám Cartayabreve muestra de la obra de un artista habanero quien, además de talento, es dueño de un indoblegable espíritu y de un afán de trabajo que están por encima de cualquier ponderación que pudiéramos hacer aquí.  Cartaya ha hecho de la cerámica el campo de la creación personal, y ha insuflado en cada pieza su amor por las formas.  El interés nuestro por hacer posible esta muestra se debe al propósito de esta redacción de contribuir a la divulgación del arte cubano, y de ofrecer así otra posible vía de comunicación entre galeristas de cualquier rincón del mundo y nuestros artistas.  Se trata, al mismo tiempo, de poner en contacto a los artistas con un público más vasto que el que podría proporcionarle la mejor de las galerías.  Quienquiera que se interese en ponerse en contacto con Cartaya o con cualquier artista cubano de la Isla, puede dirigirse a nuestra redacción con la seguridad de que facilitaremos esos contactos de una manera absolutamente desinteresada, sin esperar por ello absolutamente nada, ni siquiera el más elemental gesto de gratitud.

La Redacción
 

Milagros de arcilla

     "La arcilla es, en mi opinión, la más sensual de las materias plásticas, la forma manual y directa en que se trabaja la convierte en algo muy próximo a lo humano, en un contacto casi personal.  Su docilidad y obediencia a la voluntad del creador que la moldea, hacen de ella un medio idóneo para laHirám Cartaya, pieza de pared expresión del artista mediante la forma."
     Licenciado en Historia del Arte en la Universidad de La Habana (1981), y graduado de San Alejandro (1973), Hirám Cartaya Hernández confiesa sentirse atraído por las piezas bidimensionales y el mundo de los volúmenes, antes que por la pintura.
     "En las piezas planimétricas, sean platos, fuentes, placas, murales u otra pared (modelados o realizados sobre azulejos), tengo la oportunidad de volver a mi formación pictórica y crear, en un plano -- ínfimo o enorme -- una imagen concebida para ser apreciada frontalmente, desde un solo punto de vista, como un óleo o un dibujo en un material cien veces más resistente.  Por eso es que me preocupo por pintar; de hecho lo soy, ¿no?"
     Miembro de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA) y de la UNEAC de La Habana, desarrolló la vocación de magisterio (en artes plásticas) por más de 20 años, hasta que se estableció como creador artístico independiente en 1991.  En el 83 y en el 88, respectivamente, recibió mención en la Feria Nacional de Arte Popular y en la II Bienal de Artes Aplicadas Domingo Ravenet.  De la Hirám Cartaya: piezas de paredprimera vez que expuso públicamente una de sus obras a la fecha han transcurrido casi 30 años.
     "La arcilla es algo milagrosa, tiene la propiedad de endurecer hasta lo pétreo, bajo la acción del fuego, que se encarga de eternizarla en su solidez definitiva; es capaz, además, de desafiar siglos y regresar intacta del fondo de los océanos.  Su infinidad de texturas y cubiertas da la posibilidad de imitar los más disímiles materiales, desde el acero y el cobre, hasta la suave superficie de un tejido o la rugosa corteza de un árbol."
     Una importante misión ambientalista define hoy los propósitos de este artista que, al residir en Bejucal, ha puesto su obra y su ingenio al servicio del embellecimiento del Centro Nacional de Biopreparados (BIOCEN), una entidad donde, entre el talento de sus trabajadores, la arcilla y las manos de Hirám Cartaya Hernández logran milagros.

El Habanero, 17 de noviembre de 1998
 
 

Cambia nuestra imagen

por Ricardo Alonso Venéreo

     Con hechos, y no con palabras, los miembros de la UNEAC en La Habana están demostrando cuánto pueden hacer por la cultura en el territorio. Sin negar el valor de la palabra, ellos prefieren hacer junto a muchas otras instituciones, acciones que repercutan en la socialización de la cultura y contribuyan a hacer más agradable la vida en comunidades, centros de trabajo, hospitales, restaurantes...
     Así lo demuestra la fuerza de los proyectos interdisciplinarios donde se unen ceramistas, pintores, arqui-tectos, fotógrafos, para dejar su huella en la ambientación de centros diversos. Ejemplo de elloHirám Cartaya: Árbol de la vida (detalle) son los trabajos que actualmente acometen en la Zona Franca de Mariel, el Hos-pital de Guanajay, el restaurante El Congo, en Catalina de Güines; en Biopreparados y en CENPALAB.
     Con el objetivo de abrir una nueva conciencia que subraye la necesidad del trabajo integral, del estudio, del intercambio más estrecho entre especialidades artísticas a la hora de realizar las ambientaciones (ambientación es la forma en que el hombre se relaciona con el medio que lo rodea), se unieron en CENPALAB, bajo la dirección del arquitecto Pedro Luis Hernández Amador, el ceramista Irán Cartaya y los pintores Rafael Crespo Faver y Mariela Mejías Vega. El primero trabajó en el mural titulado EI árbol de la vida. Rafael y Mariela llevaron al lienzo temas alrededor de la Hirám Cartaya: Árbol de la vida (detalle)naturaleza. El resultado final puede ser ya apreciado por todos los trabajadores quienes, de seguro, se sentirán mucho mejor en su centro. La experiencia es única en el territorio.
     El propio Pedro Luis ha ofrecido en la UNEAC y en otros municipios cursos de Diseño y Ambientación, algo muy provechoso aunque no tuvo la participación que se esperaba. El propósito de cursos como este y de los trabajos que se acometen por la Unión en el territorio es, precisamente, el de erradicar la inexperiencia, la superficialidad y el empirismo que sufren las ambientaciones, algo que está afectando al territorio.
     Pero no solo en CENPALAB se trabajó con profesionalidad y con una nueva filosofía en este sentido. Se ha hecho en Biopreparados y se espera que así sea cuando se concluyan, con la participación de la citada organización, los trabajos de recuperación en el restaurante El Congo,-enHirám Cartaya: Árbol de la vida (detalle) Catalina de Güines, inmortalizado por Ignacio Piñeiro en su conocido son Échale salsita, cuando afirmó que las butifarras de El Congo eran las más sabrosas que había comido en toda su vida.
     Con el concurso de sus fuerzas también trabajan en la ambientación de nuestros municipios y utilizan recursos locales como lajas, piedras, aprovechando la ladera de una loma, proyectan monumentos escultóricos, sitios con una nueva imagen artística que pudieran ser ubicados a la entrada o salida de éstos, en espacios vacíos donde se aproveche la vegetación, la historia, las tradiciones e, incluso, el gusto de los pobladores.
     La capacidad creativa de los habaneros miembros de la UNEAC se pone a prueba a diario en La Habana. Los proyectos ambientalistas que hoy acomenten, están dotando a la provincia de la verdadera imagen que necesitamos: más agradable, de mayor confort y con un resultado artístico perdurable.

El Habanero, 26 de octubre de 1999
 
 

Dos imágenes por la vida

por Omar F. Mauri

     El papel que ocupan o no las artes plásticas en todos los espacios de la vida, es más que Hirám Cartaya: Vida incontenible (detalle)belleza, lujo o buen gusto. Es sobre todo, el nivel espiritual (ése que no se da con un diploma ni una licenciatura colgada en la pared) de las personas que habitan o laboran en ese lugar. La imagen exterior dice mucho de lo que se lleva por dentro, El monje hace al hábito, y el hábito al monje.
La reciente creación de dos monumentales conjuntos de cerámica en el Centro Nacional de Biopreparados (BlOCEN) y el Centro para la Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB) – ambos de Bejucal y con tradicionales vínculos con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), por el artista Hirám Cartaya – subrayan ese valor intrínseco de la plástica y acentúan laHirám Cartaya junto a un detalle de Vida incontenible vanguardia de estos centros científicos en fundir arte, cultura y ciencia.
     El primero de los murales (en el salón de la Casa de Protocolo del BIOCEN) es la metáfora sutil del sentido de la vida (Vida incontenible), es su eterna batalla por imponerse en ta naturaleza, el pensamiento y la sociedad. De ahí, el lenguaje simbólico que asumió Hirám Cartaya (La Habana, 1955) con rupturas, escisiones, quiebras de planos y volúmenes, en una extensa gama de policromías.  La sugerencia se constituye en atmósfera general del majestuoso retablo, de 18 metros aproximadamente, y su virtud, atrapar la luz de todo el espacio.
     Es el juego, el contraste continuo entre las superficies planas fracturadas por volutas, esferas que parecen desprenderse y flotar. Es como la acometida silenciosa de las raíces del árbol contra el pavimento. El ritmo de la composición constituye el elemento básico, como el cromatismo de blancos, tierras y ocres. Son miles de piezas meticulosamente engarzadas, que crean una atmósfera exuberante y acogedora.
     La segunda obra (Árbol por la vida), en colaboración con la artista Alina Rodríguez y el Hirám Cartaya: Árbol de la vida (detalle)arquitecto Pedro Luis Hernández Amador, se desplaza a lo largo de la escalera del edificio principal (CENPALAB) con una evocación ingenua, casi infantil, del surgimiento y desarrollo de la vida desde la oscuridad del tiempo y las aguas hasta la tierra y la conquista del aire, el perfume de las flores y la obra del ser humano.
     De indudable cubanía, alegre en esencia y muy imaginativo, el mural reconforta y asciende: nidos y huevos que contienen casas; frutas y hojas copiadas del natural y aves que rememoran dibujos infantiles. La obra descansa en su sencillez de formas, la alegre policromia de tonos que posee y el movimiento de multitud de piezas.
     Ambas obras, en dos centros punteros de la ciencia cubana, confirman el mismo empeño de científicos y artistas por el futuro y la vida.

El Habanero, 8 de agosto del 2000
 
 

Proyecto

     El proyecto Vida incontenible pudiera definirse como un conjunto de especulaciones plásticas en torno a las ideas anteriores. No se trata en ningún momento de un trabajo de ilustración ideográfica, sino de una transposición al lenguaje plástico de los conflictos entre fuerzas progresivas g retardatarias y sus inevitables resultados. En un primer nivel de lectura encontramos formas simples,Vida incontenible (detalle) como la esfera y el plano quebrado, que pudieran remitirnos al mundo microbiológico o algún otro organismo elemental. La esfera se emplea como símbolo de la vida naciente, las placas, que tratan de contenerlas, como el obstáculo a su desarrollo. En una segunda lectura los elementos esféricos representarían lo nuevo, lo naciente, todo aquello a lo que se niega el derecho al desarrollo, a la luz, a la misma existencia, que trabajosamente van quebrando las enquilosadas estructuras que tratan de frenarle el paso.
     De este lenguaje básico se va pasando paulatinamente a formas más complejas que aluden de un modo más directo a seres vivos. Si en las primeras obras sólo aparecen formas esféricas como elementos progresivos, luego van surgiendo, por las mismas grietas abiertas por éstas, formas alargadas que nos remiten a la idea de ramas, luego, de éstas surgen hojas, luego frutos, hasta que terminan – después de haber destruído los últimos vestigios de las placas – poblándose con toda la flora y la fauna del planeta.
     Pese al desarrollo consecutivo de la idea, no se trata de una secuencia cinematográfica o un comics, donde cada cuadro es la continuación ligeramente transformada del anterior. Cada obra es en sí un mundo cerrado y autosuficiente, relacionado con el resto del conjunto por afinidades formales y temáticas, nunca por representar una continuidad estrictamente temporal.
 
 

Obra realizada

     De este proyecto se han realizado ya dos murales cerámicos y varios óleos sobre lienzo. El primero de estos murales – Vida incontenible –, 27m2, Casa de protocolo del Centro Nacional de Biopreparados, Bejucal, La Habana – pudiera ubicarse en la primera etapa de la idea central, cuando las formas nuevas comienzan a conquistar un espacio entre las estructuras que van destruyendo. Este mural, realizado totalmente en piezas cerámicas modeladas manualmente y esmaltadas en mate, ocupa todo el perímetro de un salón de 10 m x 5 m aproximadamente.
     El segundo mural – Árbol por la vida – 20 m2, Centro Nacional de Producción de Animales de Hirám Cartaya: Árbol por la vida (detalle)Laboratorio, Santiago de las Vegas, La Habana – pudiera considerarse la culminación de la idea planteada. Aquí las formas vivas alcanzan su plenitud, libres ya de toda traba natural o impuesta. Este mural ocupa dos niveles del edificio socio-administrativo de este centro: En el primero encontramos el mundo submarino (cuna de la vida) y el subterráneo, de donde surgen las raíces y el tronco, que queda interrumpido. En el segundo reaparece el tronco que dejamos en el nivel anterior y es la explosión de toda la vida del planeta habitando en un árbol común.
     El resto de las obras realizadas – óleos sobre lienzo – representan distintos momentos del conflicto en cuestión. Realizados en distintas gamas y formato carecen de una continuidad narrativa, aunque se relacionan por una figuración común que busca una solución diferente en cada uno.
 
 

Propuesta

     El siguiente paso de este proyecto consiste en una exposición en que se combine la cerámica (pequeños murales, piezas individuales e instalaciones) y la pintura (apoyada en ocasiones por elementos cerámicos). Cada obra, o pequeño conjunto de obras, será una unidad en sí y a la vez unHirám Cartaya: Díptico momento en el concierto general, que irá de las primeras irrupciones de la vida elemental hasta el triunfo final de la vida en forma de árbol, representado en un cuadro de gran formato con elementos cerámicos que lo prolongan fuera del marco. En las paredes se alternan los cuadros con piezas de cerámicas individuales o pequeños conjuntos que complementan la idea básica de la muestra, sacando en cada caso lo que puede aportar en riqueza plástica y variedad cada uno de los materiales utilizados. En el piso de la muestra, en forma longitudinal que avance en dirección hacia el cuadro que la culmina, se ensamblará una instalación de elementos cerámicos que parta de placas herméticas, luego la irrupción de las primeras esferas, después se abrirá un espacio conquistado por las esferas, y de ellas surgirán las primeras ramas que poco a poco se poblarán de hojas, flores, frutos, fauna, hasta culminar en la fronda de un árbol. La cantidad de cuadros y piezas de pared se ajustaría al tamaño del local en que se instale la muestra, pero la concepción general, la instalación sobre el piso y el cuadro que la culmina serían siempre los mismos.
 
 

Ficha biobliográfica*

Hirám Cartaya Hernández

Formación

Graduado de Artes Plásticas.  Academia "San Alejandro", 1973.
Licenciado en Historia del Arte.  Universidad de La Habana, 1981.

Postgrados

Historia de la cerámica universal.  Universidad de La Habana, 1983.
El azar concurrente: Lezama Lima en su obra.  Universidad de La Habana, 1984.
Técnica de la cerámica, pastas y cubiertas.  Universidad de La Habana, 1989.
La cerámica aborigen cubana.  Asociación Cubana de Artesanos y Artistas, 1993.

Experiencia

1972 - 1986.  Profesor de Artes Plásticas en diferentes instituciones culturales.
1986 - 1988.  Subdirector técnico de Artes Plásticas.  Escuela de Arte "Paulita Concepción".
1988 - 1991.  Asesor provincial de Artes Plásticas.  Dirección Provincial de Cultura.  Ciudad de        La Habana.
1991.  Se establece como creador independiente.

Distinciones

1976.  Mención en pintura.  Salón Nacional Juvenil de Artes Plásticas.
1976.  Mención en pintura.  Salón Nacional de Profesores de Artes Plásticas.
1978.  Premio Salón Provincial Juvenil de Artes Plásticas.
1983.  Mención Feria Nacional de Arte Popular.
1988.  Premio por Conjunto Cerámico en II Bienal de Artes Aplicadas "Domingo Ravenet".
1992.  Premio en pintura.  Salón Eduardo Abela.

Exposiciones personales

1975.  Golpe de dados.  Galería Casa de Cultura.  Mcpio. Marianao.
1981.  Penumbras.  Galería del Cerro.  La Habana.
1990.  Jugar con fuego (Cerámicas).  Galería del Taller de Cerámica.  Parque Lenin.  La Habana.
1995.  Nombrar las cosas (compartida con Alina Rdguez). Galería Mirta Cerra.  Bejucal.
1996.  Conjuros (compartida con Alina Rdguez).  Centro Nacional de Biopreparados.  Bejucal.
 

*Este curriculum vitae no recoge las numerosas exposiciones colectivas en que ha participado el artista.
 
 

Nos hace falta "otra voz", pero... como la de María Remolá

     Una vez más, agradecemos a nuestro amigo José Taín la iniciativa de realizar este modesto homenaje a la soprano María Remolá.  Taín nos envió las fotos y el breve artículo que encontró en Internet en un web -- www.divalegacy.com -- dedicado a las divas de la ópera.  Hemos traducido los comentarios al español, y -- por considerarlo extremadamente necesario dado el racismo discriminatorio que en ellos se transparenta, los hemos glosado brevemente.  Primero ofrecemos los textos traducidos, y luego nuestros comentarios.

La Redacción
 

     "Poco se sabe acerca de la soprano cubana María Remolá.  Sospecho que su "Canción de la la soprano María Remolácampana" (Bell Song) fue grabada a principios de los 60s como parte de un álbum operático que incluía también arias de Rigoletto, Traviata y Turandot.  En el transcurso de la película Fresa y Chocolate se la menciona, lo cual evidencia la fama que llegó a disfrutar en su propio país.
La versión de la "Canción de la campana", de la Remolá, exhibe el desconcertante contraste de una aproximación musical amateurista con una elegante emisión de las notas más altas.  La suya era una voz con suficiente metal en los registros bajos que le permitía manejar exitosamente el "Signore ascolta" de Liu (Turandot), pero también la habilitaba para emitir las notas extremadamente altas.  Como en los casos de Mina Foley y Erna Sack, éstas se basaban en una dulce, flotante extensión de la voz que parecía silbar.  El mejor ejemplo de esto es su final de las variaciones sobre "Ah vous dirais-je Maman", las cuales terminan sobre una fácil B sostenida por encima de una alta C.  Su "Canción de la Campana"(en un mal francés) muestra una vocalización muy bien fraseada, pero un aria central insípeda.  Al final del primer estribillo de la campana, Remolá adopta la variante de Robin, y concluye entonces el aria con otra G# sostenida por encima de la C alta".

Nicholas E. Limansky
 

     "Poco se sabe acerca de la soprano cubana María Remolá.  De acuerdo con las notas (notablemente poco confiables) de uno de sus discos, Remolá estudió en Europa y ha cantado en París, en su nativa Cuba, en Washington, Rusia y España.  Aunque las audiencias norteamericanasMaría Remolá, cubierta del disco Arias de Óperas no están familiarizadas con ella, Remolá fue, obviamente, bastante famosa en su Cuba nativa, puesto que se la menciona en Fresa y Chocolate, una película cubana de los 80, interpretada por Jorge Perugorría y Vladimir Cruz.  Durante una escena, mientras un personaje pone un disco de María Callas, otro nota lo bueno que sería escuchar a otra cantante, además de a María Remolá.
Remolá grabó un programa de arias con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, conducida por  Guerrero (a juzgar por la acústica, probablemente sea de los 60s o de los 70s). Aunque su técnica florida es considerable, y el brillo de más alto registro tiene su propia elegancia, hay un extraño provincialismo en su trabajo.  La tendencia de Remolá era la de cerrar las arias una tercera por encima del tradicional tono alto.  El aria de Rosina en el Barbero de Sevilla (cantada en F) termina en una A sostenida por encima de una C alta, y la "Canción de las campanas" de Lakmé termina en una sostenida G-sharp por encima de la C alta.  Aunque las grabaciones pueden ser engañosas, su voz parece haber sido un cálido instrumento, y suficientemente amplia para permitirle manejar fácilmente la fuerza necesaria para una exitosa "Sempre libera" de La Traviata, de Verdi, la cual ella eligió para concluir con una excelente, final A-flat sostenida, por encima de una C alta. La vibración latina de su voz puede volverse difícil a veces, pero ella es bastante capaz de un controlado pianísimo alto -- la frase final del "Caro nome" salta a un calmado G-sharp en altura que viaja a través de una notable disminución del tono para concluir en un mero murmullo.  Su mejor esfuerzo, sin embargo, son las variaciones de Adam sobre "Ah vous dirai-je Maman."  Después de una extraordinariamente larga y difícil cadencia con fauta,  Remola termina con una B sostenida por encima de una C alta, la nota más alta y sostenida que haya grabado alguna vez un artista clásico".

por Nicholas E. Limansky & John Carroll
 
 

     En la segunda referencia a la Remolá, Limansy -- y John Carroll, que también firma la nota -- reproducen el primer párrafo de la que ya hemos visto, pero especificando que, en "Fresa y Chocolate", el contexto de la alusión a la soprano es un momento en que uno de los personajes pone una grabación de María Remolá, mientras el otro subraya lo bueno que sería poder escuchar también a otra cantante.  En tan breve comentario se agolpan muchos errores, además de que se pierde la corrosividad del chiste.  Primero: es sólo un personaje -- Diego -- quien pone la música y hace el comentario.  Segundo: la necesidad de escuchar "otra voz" sólo toma a María Remolá como máscara.  Me explico: en los momentos en que se hace la película, ya no se escucha María Remolá.  Para entonces, ésta ya no estaba en Cuba.  Los cubanos sabemos que no es la voz de María Remolá, sino "otra" muy distinta la que hemos tenido que escuchar durante casi medio siglo.  No es, pues, de María Remolá -- quien, dicho sea de paso, dejó hermosos recuerdos -- de quien nos hemos cansado, sino de "Zoila" (soy la..., soy la..., soy la...).
     Debemos también rectificar un craso error: María Remolá no nació en Cuba, sino en España. Tal María Remoláerror, por cierto, es responsable de la nota racista y discriminatoria que tacha de "provincianismo" lo que, en otra artista sería mero "virtuosismo".  Esta injusta apreciación se añade a la observación de lo difícil que se vuelve a veces su canto por "la vibración latina de su voz".  De todas maneras, por aquello de que es mejor que hablen de uno --aunque sea mal--, agradecemos que haya quien recuerde, y tenga en cuenta, los registros de su voz.  A pesar de lo que hemos aclarado, María Remolá es ya parte de la historia del canto lírico cubano.  Fue en Cuba donde desarrolló, al máximo de sus potencialidades, sus envidiables registros vocales.
     El destacado crítico musical cubano, Ángel Vázquez Miyares, destaca que "[l]a voz de María Remolá es rica en calidades técnicas y expresivas", y que se hace notar por su "[a]mplísima tesitura, afinación perfecta, emisión pulcra y exquisita musicalidad", a lo que añade "una exacta comprensión de los estilos interpretativos".  Miyares, que está reseñando el mismo disco con selecciones operáticas a que se refieren Limansky y Carroll, llama la atención sobre el Sol sostenido sobreagudo con que María concluye las arias de "Lakme" y de "Rigoletto", y el asomroso sobreagudo en las "Variaciones sobre un tema de Mozart".   Las extraordinarias cualidades vocales de María Remolá le permitían pasear la distancia que va de Rossini a Leo Brower, pasando por la cancionística de Lecuona.  Al recordar el arte, la suntuosa voz de María Remolá -- gracias, insistimos, a la colaboración desinteresada de nuestro amigo José Taín --, damos otro paso en nuestro propósito de contribuir a preservar la memoria cultural de los cubanos.  Ojalá que esto estimule a otros amigos para que nos envíen materiales y sugerencias que permitan realizar un mejor trabajo.

La Redacción
 
 

Repertorio

(no lo incluimos en su totalidad)

G. Rossini. El Barbero de Sevilla: "Una voce poco fa"

Adam. "Variaciones de bravura", sobre el tema de Mozart "Oh vous dirai-Je Mamam".

Giacomo Puccinni. Turandot: "Signore, ascolta".

Giuseppe Verdi. Rigoletto: "Caro nome che il mio cor"

Enrique Granados. Goyescas: "La maja y el ruiseñor".

Giuseppe Verdi. Traviata: "Ah, fors'e lui che l'anima".

Ernesto Lecuona. María la O, "Siboney", "Canta, ruiseñor", "Siempre en mi corazón", "Canto indio", "Andalucía".

Rodrigo Prats. "María Belén Chacón".

Leo Brower. "Canción".

E. Harburg. "Over the rainbow".

Eliseo Grenet. "Tabaco verde".
 

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