La Habana Elegante inaugura un nuevo espacio (El Rincón)
que está llamado a ser repositorio de la fe y de los
sentimientos religiosos de los cubanos. Aquí
encontrará, pues, el lector, noticias, artículos o
ensayos, obras de arte, etc, de temática religiosa diversa (sin
establecer rangos de superioridad de un credo religioso sobre
otro). Más aún, queremos hacer de este sitio uno de
peregrinación, si bien virtual, en el que puedan dejarse
ofrendas, ruegos, etc.
Nuestra entrega la integran
esta vez, los textos que hemos recibido acerca de la Letra del
Año 2001 para Cuba, así como oraciones y rezos para la
Virgen de Regla-Yemayá y para Elegguá-El niño de
Atocha. Finalmente, incluimos el artículo Tambores de gesta
afrocubanos: El Sese de Orúmiga y el Ekue de
Sikán, de la profesora Mariela A. Gutiérrez, quien
es, por cierto, una amiga y habitual colaboradora nuestra. La
Habana Elegante desea aché para todos, y que
Yemayá-La Virgen de Regla los bendiga.
Babalawos
presagian un año difícil para los cubanos
LA HABANA, Ene 2 (AFP) - Los babalawos (sacerdotes) yorubas de
Cuba, pronosticaron que el 2001 será un año
difícil para la isla, con incremento de la escasez material y la
falta de puestos laborales, así como penetraciones marinas y
lluvias intensas, según el vaticinio conocido como la Letra
del Año, emitido este martes en la Habana.
El documento, elaborado por 426
babalawos de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, se
realiza mediante el sistema adivinatorio
de Ifá, y es esperado con ansiedad cada principios de enero por
los millones de seguidores de ese credo en la isla."Debemos estar
preparados pues será un año en que la mayoría de
la población se verá sometida a grandes pruebas", dijo el
presagio, al cual la AFP tuvo
acceso.
La predicción
añadió que "debemos estar preparados para afrontar el
incremento de necesidades y escaseses", en un año dominado por
el orisha (dios) Yemayá, deidad de las aguas, los mares y
ríos, acompañado por Eleguá. Los colores del
año serán azul, con ribetes rojos y blancos.
La Letra del Año
recomienda "luchar por la superación cultural y de nuestros
medios para así poder mantener nuestros puestos de trabajos.
También tendremos escaseses de trabajo por el incremento de la
fuerza laboral activa, por ello debemos capacitarnos"."En el plano
climatológico,
debemos estar preparados, reparar nuestras viviendas
dentro de nuestras posibilidades y mantenerlas limpias, pues tendremos
penetraciones del mar, lluvias intensas, creciendo los ríos y
los embalses", añadió.
"Los problemas de salud durante
el transcurso de este año van a a incidir en nuestra
población, son
angiológicos sobre todo en las extremidades inferiores,
problemas cardiovasculares, renales, parásitos, la vista, y
fundamentalmente diabetes", advirtió.
Ante esas adversidades,
Ifá recomienda a sus seguidores "la unidad de todos y tratarnos
con mucho respeto para evitar ser abochornados", así como "ser
humildes, sencillos, y no tratar con discriminación a nadie" y
"utilizar la inteligencia para la lucha contra todo tipo de
manifestaciones violentas".
También "evitar
cualquier tipo de manifestación en el campo de la envidia,
porfías e injurias".El oráculo de Ifá es el
más complejo y extenso sistema adivinatorio de que se tenga
noticia y su contenido está recogido en el Libro Sagrado de
Ifá o Tratado de Oddun. Este consta de 16 signos u oddunes
mayores y 240 que son la combinación de aquellos, cada uno con
un contenido propio.
Las permutaciones de los 256
signos iniciales alcanzan cuatro mil 96 combinaciones terciarias que,
interrelacionadas, llegan a una cifra superior a las 36 mil
probabilidades. Una afirmación del culto dice que todo en el
mundo ya sucedió una vez y fue recogido en el Libro Sagrado de
Ifá y que sólo falta que una acción vuelva a
llenar un lugar en el espacio.
Letra
del año 2001, documento oficial "Asociación
Cultural Yoruba de Cuba"
Prado # 615
entre Monte Y Dragones. Tel/Fax: 63 5953
Odu
(signo): IROSO OGBE
Odu (Testigos): OGBE OCHE Y OCHE BILE
IRE AIKU OYALE LESE ORUNMILA (UN BIEN DE SALUD
QUE NOS LO PROPORCIONARÁ ORUNMILA)
ADIMÚ: AKARA BIBO Itana Meyi (rogarle a
Orumila con 16 rodajas de pan con 2 velas)
Gobierna: YEMAYA
Acompaña: ELEGUA
Bandera: AZUL CON RIBETE ROJO Y BLANCO
Para
los babalawos:
Ebo: 1 gallo, 2 palomas, hierba cucaracha, una
canasta de frutas, agua de mar y de río, arena, trampa,
maraña de hilo, pluma de tiñosa, pelo de perro, un
cordel, un hueso, 3 casitas pequeñas, raspa de las herramientas
de Ogún, medidas de todos los familiares de la casa, pescado
ahumado, jutía ahumada, maiz tostado, aguardiente, miel, corojo.
Los babalawos deben darle atención a
Elegúa dándole un chivo.
Para
babalawos, Iyalochas y otros:
Ebo: 1 pollón, un hueso, una bola de
cordel, pelo de perro, tierra de un camino, pescado ahumado, maiz
tostado, miel, corojo, 1 coco y 2 velas.
Todos debemos darle atención a Elegúa y
como obra fundamental se le debe sacrificar un chivito con el resto de
los ingredientes.
RECOMENDACIONES
DICE
IFA: Que debemos buscar la unidad de todos y tratarnos con mucho
respeto para evitar ser abochornados.
DICE IFA: Que nuestros religiosos deben ser
humildes y sencillos y no tratar con discriminación a nadie.
DICE IFA: Que debemos estar preparados para
afrontar el incremento de necesidades y escaceses.
DICE IFA: Que debe existir entre religiosos y no
religiosos durante este año un espíritu de
cooperación y trabajar de forma desinteresada con todas aquellas
personas que necesitan nuestra ayuda religiosa.
DICE IFA: Que debemos ser selectivos con las
personas que vienen en busca de iniciación dentro de nuestro
culto y no medir como parámetro funamental las posibilidades
económicas sino los parámetros morales.
DICE IFA: Que debemos prestar especial
atención a los consejos que nos brindan nuestras
compañeras, tratándolas con consideración, respeto
y cariño.
DICE IFA: Que debemos luchar por la
superación cultural en nuestros medios, para así poder
mantener nuestros puestos de trabajo, también tendremos
escaceses de trabajo por el incremento de fuerza laboral activa, por
ello debemos capacitarnos.
DICE IFA: Que debemos ser responsables en
nuestros deberes, no descuidando nuestro puesto laboral, manteniendo
puntualidad, asistencia y responsabilidad.
DICE IFA: Que debemos mantener una actitud en
correspondencia con nuestro sacerdocio para asi contrarrestar las
corrientes contrarias.
DICE IFA: Que no se acepte dentro de nuestro
culto a personas que tengan que ver con manejos ilícitos,
vicios, tráfico de drogas y usos de armas de fuego.
DICE IFA: Que debemos evitar cualquier tipo de
manifestaciones en el campo de la envidia, porfías e injurias.
DICE IFA: Que debemos estar preparados pues
será un año en el que la mayoría de la
población se verá sometida a grandes pruebas.
DICE IFA: Que debemos utilizar la inteligencia
para luchar contra todo tipo de manifestaciones violentas.
DICE IFA: Que los problemas de salud que durante
este año más van a incidir en nuestra población
son: angiológicas, sobre todo en las extremidades inferiores,
problemas cardiovasculares, renales, parásitos, la vista y
fundamentalmente en la diabetes, por lo que se debe mantener una
atención especial al sistema dietético que se establece
para este tipo de enfermedad.
DICE IFA: Que en el plano climatológico se
debe estar preparado, reparar nuestras viviendas dentro de nuestras
posibilidades y mantenerlas limpias, pues tendremos penetraciones del
mar, lluvias intensas, crecimiento de los ríos y embalses.
DICE IFA: Debe valorarse la posibilidad de que
durante este año, se le ofrezca determinados tributos a Olokun
en el mar.
Oración
a la Santísima Virgen de Regla-Yemayá
Nuestra
Señora de Regla-Yemayá, que nos libras de tan
manifiesto peligro y en las navegaciones más dilatadas y peligrosas, haciendo
voto a tu Santuario de REGLA, logramos con felicidad el puerto que
deseamos. Nos salvamos de la persecusión de nuestros
enemigos por la devoción a esta tu imagen. Los enfermos de
todas las enfermedades (hasta los desauciados por los médicos)
te ruegan en esta, tu casa, y por ti sanan. Los miembros
débiles e impedidos, aquí cobran fuerzas, y generalmente
todos los males aquí tienen remedio, como lo publican las
paredes de este templo y los milagros puestos en ellas.
Venerando, oh Reina del Cielo!, ésta, tu imagen de REGLA,
imploramos tu patrocinio y favor pidiéndote nos alcances de tu
Hijo precioso, el consuelo de una buena conciencia, salud y fuerzas
para servirte y venerarte, el remedio de nuestras necesidades y,
especialmente, el de aquéllas por las cuales os hacemos esta
Oración. Esperamos, Señora, por tu intercesión, y
por la eficacia de tus ruegos, conseguir lo que pedimos, aunque lo
desmerecen nuestras culpas.
Rezo
a Yemayá
Omio
Yemaya iya ami la teo ala marubo ,omi,
Iya awo yeda Iya yetu yetu Acuakeye Ala sabayi
Olokun.
Rezo
a Elegguá
Ebua
Eshu Alaguana Nikokoribilla Balatento No
Maniko Maniko Endoro Iku Yelete Barakillelu Eshu Afra.
Tambores
de gesta afrocubanos:
El Sese de Orúmiga y el Ekue de Sikán
por
Mariela A. Gutiérrez
University
of Waterloo, Ontario, Canadá
En el marco de la mitología caribeña, los mitos y
leyendas cubanos figuran a la cabeza por su originalidad llena de una
profunda fantasía artística. Como las tantas otras
leyendas y mitos que se engendran en cada una de las culturas
mundiales, los relatos que forman parte de la mitología cubana
son valiosísimos documentos orales nacionales, porque ellos
indican y precisan el estado anímico subliminal de la cultura
popular cubana, coexistiendo siempre al lado de la historia y en varios
casos aún entrelazándose en el engranaje de la
misma. Cuba posee una literatura mitológica, trasmitida en
su mayor parte por la vía oral, cuyas variantes
arquetípicas pueden agruparse a grosso modo en cuatro
órdenes básicos: 1) mitos aborígenes, 2) mitos
cosmogónicos o primigenios, 3) mitos urbanos y 4) mitos
afrocubanos.
Para este trabajo me he
concentrado en un mito muy especial que forma parte del tan bien
documentado orden de la mitología afrocubana; el mito en
cuestión pertenece a la vertiente arquetípica que llega a
Cuba en el siglo XVI junto con los esclavos carabalíes, o sea de
la región del Calabar, en la costa oeste de Africa, de entre los
cuales nace con el tiempo la importante secta socio-religiosa conocida
en Cuba como Sociedad Abakuá.1 La razón que
me ha urgido a escogerlo es bipartita; por una parte, será la
primera vez que la crítica deshoje el misterio Abakuá de
la iniciación en el Ekue, evasivo espíritu supremo a
quien podría fácilmente comparársele al legendario
Santo Graal de la cristiandad,2 con los fundamentales
sacrificios de la rezagada Orúmiga y de la conocida
Sikán, heroínas ambas del drama Abakuá, en el que
el espíritu del Sese Eribó se une al de Orúmiga al
ser ésta sacrificada, y que luego se repite cuando el
espíritu del Ekue se une al de Sikán para que la Voz que
se encontraba originalmente en Tanse, el pez sagrado, pueda continuar
viviendo a través de los siglos. Estas dos inmolaciones
preliminares, instigadas por la tribu de los Orú -en el caso de
Orúmiga- y por las tribus Efik y Efor -en el caso de
Sikán-, establecen el ofrecimiento de la víctima
sacrificial como ritual propiciatorio para que el Espíritu viva
a perpetuidad, recreándose en cada ceremonia de
iniciación Abakuá hasta nuestros días. Por
otra parte, la intencionada presencia religiosa de los tambores y su
elaborada constitución física, es expuesta y analizada en
estas páginas; su importancia es de alta envergadura porque es
sabido que es en el tambor sacrosanto donde la secta guarda “el secreto
de la Voz Divina, y por el conocimiento y potestad de los signos, hace
del pasado presente, recrea la loma, el río, la palmera, en los
lugares sagrados ... [donde] el [sacerdote] ñáñigo
realiza la unión -nyúao- de las fuerzas espirituales y
cósmicas” (La Sociedad 18) infalibles para el
cumplimiento del ritual, como lo indica la mitología transferida
a Cuba desde el Calabar.
Una vez en Cuba, se establecen
ciertas variaciones en el ritual que conmemora el mito que comprende
los sacrificios de Orúmiga y Sikán, dadas las nuevas
necesidades de un ambiente que difiere del de Africa en los elementos
naturales disponibles para llevar a cabo la celebración del
rito. Cabe aquí establecer que en un principio, el mito en
tierra Orú llama al escurridizo Espíritu “el Sese”, el
mismo mito una vez en tierra Efor-Efik le da por nombre “el Ekue”.
Sobre el primigenio mito del
Sese, la leyenda trasladada a Cuba cuenta: “Sese awanañongo
únkue nantarimé barakondó Mosongo
Miñanaró okoro mawó” (Lengua 479), o
sea, Isué parte a tierra de Orú en donde recibe el Sese,
en la orilla del río Miñanaró. Es importante
establecer que el Isué o Isunékue, aún en el
Calabar, se convierte en el guardían y cuidador de Sese desde el
momento en que lo recibe en sus manos después del asesinato
ritual de Orúmiga, y en Cuba se le considera como el gran
sacerdote de la Madre Naturaleza, la que es en sí Sese. El
mito establece a Sese como el Fundamento figurativo de Abasí, el
[dios] Todo Poderoso; dicho fundamento, al corporeizarse, se le
representa a través de un “tambor en forma de copa” dentro del
cual se guarda “la sangre de los hermanos [en la fé] y su pelo;
contiene su aliento, las especies de su juramento, tierra del
cementerio y otras sustancias mágicas” (479). No obstante,
la primera en poseer el Sese es Orúmiga, o Arámiga, de la
tribu de los Orú-Bibi; no cabe duda de que Sese nació en
Orú, en el Congo y de que, antes de que nadie lo poseyera,
navegaba dentro del evasivo Tanse, el pez, al que captura la inocente
Orúmiga con su güiro, según la versión
Orú, al recoger agua en el río. Sin embargo, cuando
la leyenda habla de una guerra entre los Orú--Bibi contra los
Efor, quienes se han unido a los Efik,3 menciona que a un
hombre Orú le arrancaron la cabeza los Efor-Efik para apoderarse
del misterio del Sese. Después de esto, nadie menciona a
donde va el espíritu del Sese hasta que más tarde aparece
en posesión de la otra mujer, Sikán; en esta
versión, ella también se posesiona del pez Tanse cuando
recoge agua en el río y por ello es inmolada por los hombres de
su propia tribu Efor, la cual, unida a los Efik -como ya he explicado-
hacen la guerra a los Orú para apoderarse del secreto que en un
comienzo los mismos Orú arrebatan a una de sus mujeres, la
primera víctima, Orúmiga.
En mis investigaciones he
llegado a la conclusión -la cual aún considero
hiperbólica, por la falta de suficientes datos históricos
paralelos a los mitológicos- de que el pobre y degollado
congo de la leyenda es posiblemente el marido de Orúmiga; aunque
no es él, sino ella, la que posee el secreto del Sese. La
tradición cuenta que: “Orutenten bisorió asoropá”
(462), o sea, en Orú se vio que la mujer (Orúmiga)
escondió algo muerto; el mito agrega: “Bisorio
obisoriñán asoropá Orú. Nene Tanse Orú
bameró bisorio bibiota” (462), lo cual explica que el
secreto que Orúmiga escondió era el ave con que en tierra
Orú limpiaron al Sese. Es probable que si el hombre
degollado previamente ha confesado lo que sabe sobre la acción
de Orúmiga, esto envalentone el deseo de los Efor-Efik, quienes
no pierden tiempo en su celo por apoderarse del secreto Orú; no
obstante, Orúmiga ha sido acallada para siempre por su propia
tribu, la cual quiere poseer el tesoro religioso que a ella le ha
transferido Tanse. De la misma manera los Efor-Efik van a
sacrificar a Sikán, repitiendo el mismo ritual, como si lo
hubieran heredado por ósmosis.
Orúmiga es la primera en
poseer este receptáculo de fuerza poderosa que es el Sese.
Pero ya en la Cuba del siglo XVI, los carabalíes reverencian a
Sikán como la mujer que debe ser inmolada para preservar la
espiritualidad del Ekue entre los hombres. Para los Abakuá
en Cuba, el misterio del Sese Eribó se ha transferido al
misterio del Ekue; ellos revitalizan la leyenda al preguntarse: “¿Orúnkenefión
Sese obón nkenefión?” (461), lo que significa,
¿en qué parte del territorio ápapa4
recibió el Sese5 el primer sacrificio? La respuesta
es concreta: Ekue, o Sese, nace en tierra Orú (Orúnwañurón
Ubio). Indudablemente, lo antes dicho nos ofrece el
más probable indicio de donde se inicia el ritual que hoy
conocemos en Cuba como el de la Sikanékue. Sin embargo,
antes de embarcarnos en el sacrificio de la Sikanékue, creo que
es de suma importancia adentrarnos primero en la
corporealización del Sese, o sea en su transferencia al tambor
que lleva su nombre.
Debo explicar que, así
como en Africa, en el ritual ñáñigo o
Abakuá en Cuba el uso de los tambores es de importancia
vital. Los tambores rituales trasmiten en las ceremonias los
mensajes de la Voz del Espíritu que rige la creencia.
Todos ellos están cubiertos con el cuero de un chivo porque la
potencia establece que el chivo debe morir para que nazca el
tambor. Entre los muchos tambores rituales Abakuá
predominan los llamados tambores de Honor o tambores de Fundamento:
Sese, Mpegó, Ekueñón y Nkrikamo; junto a ellos se
encuentra el tambor Ekue, el cual puede a veces ser sustituido por el
Mpegó. Como es de esperarse, los dos más
importantes son el Sese y el Ekue; los sacerdotes Abakuá
lo explican diciendo:
Ni
el Ekue ni el Sese son tambores, como lo entienden los blancos ... Y
aún muchos ñáñigos ... Abasí
(Dios) está en Ekue. Todas las fuerzas de la Madre
Naturaleza Toda Poderosa están en el Sese ... Ekue
confirma a su hijo (o iniciado): antes el Sese lo consagra. (La
Sociedad 148)
El Sese es un tambor muy especial. Su forma es como la de un
receptáculo, o sea la de una copa, imitando la forma de la
güira o calabaza de sus orígenes. En Cuba se dice que
la carga o poder mágico del Sese le viene de la cabeza de
Sikán6 -hoy en día representada por el chivo
sacrificado- dentro de la cual se encuentra el espíritu del
Ekue. El Sese de hoy día se prepara de forma muy parecida al de
antaño, en tiempos del primer brujo Nasakó:
El
Sese se llena con tierra de Namusagará, o Unfrisá,
cementerio ... Con huesos humanos, -awére- la cabeza de
un gallo, la oreja del chivo; con nkanibó, pelos tomados
de las cabezas de los Cuatro Obones y de los Obonékues
más notables de la Potencia, sangre del lado izquierdo de sus
pechos -de sus corazones- recogida en un algodón y óleo
santo; y con los “derechos”, ofrendas, que integran la Mokuba,
[brebaje] que se le ofrece a Ekue: vino seco, aguardiente y agua
bendita. (150)
El forro de cada tambor es de importancia. El Sese debe estar
forrado con la piel de un tigre; debe de adornársele con
caracoles que recuerden la dentadura de Sikán. Cuando al
tambor Sese se le llama Sese Eribó es en recuerdo del primer
Sese de la rama Efik, del que se dice que “nació del Ekue ...
del Pez de los Efor” (150). Aún más, corroborando
claramente mis deducciones anteriores, Lydia Cabrera explica por boca
de algunos adeptos como el Sese precede al Ekue:
El
Sese era de los Orú-Bibi, y de aquella mujer -la
Sikanékue de los Orú- [a la que] mataron -el sol fue
testigo- porque era la verdadera dueña del Sese ... La
mujer de Orú le presentó el Sese a la luna ... La luna es
mi Sese, dijo la mujer ... De Akuarumina (Orúmiga), como llaman
a Sikán los obonékues (Orús) de la Potencia Efik,
se nos repite que la mataron, “porque sabía mucho”. De
Orúmiga, no cabe duda: Orúmiga era de la tribu
dueña del Sese, “de este Sese que hombres de su tribu le
robaron”, le “arrebataron”, y del que fue guardián, en
Orú, después de su muerte, un hombre, el Isunékue
-como [lo fue] en Efor-, Isunékue Ndube. (151)
En su inconfundible sapiencia, Lydia Cabrera nos prepara a recibir,
quizá aún a aceptar en nuestra mente la posibilidad de la
existencia de una Orúmiga venerable, sacerdotisa como lo fue
Akurina o Akarina Makuá, sacerdotisa de Ntácho “que
anunció el advenimiento del Ekue” (151), la que predecía
las guerras y epidemias, y mantenía siempre bajo su
protección y tutela a la tribu entera.7 En varias
partes de su libro La Sociedad secreta Abakuá Cabrera
prepondera, como pocas veces la vemos hacer, la existencia de mujeres
africanas como la Orúmiga del Calabar; a éstas las llama
“sacerdotisas” e “ibana nanfokó” (sabias en religión),
agregando que “En el principio del mundo, [según] contaban los
viejos lucumís de Valdivieso y los del Desempeño,
[sólo] las mujeres nada más eran Madres de Santo
(sacerdotisas) en tierra lucumí. Los hombres no
tenían Santo. El [Santo] que bajó por primera vez,
bajó a posarse en cabeza de mujer” (152).
Con su picardía
inigualable, Cabrera relata que al principio, cuando los Santos
bajaban, ellos querían bailar y, por esas cosas de la vida, las
mujeres no lograban tocar el tambor con la maestría de los
hombres.
Un
día llegó un Orisha y dijo que quería que
le llamasen a un hombre para bailar a su gusto. Los demás Orishas
empezaron a exigir tamboreros, y los Santos montados bailaban, y los
hombres tocaban. [Fue] así que [los Santos] empezaron a
familiarizarse con los hombres, a montarlos, -posesionarse de ellos-
... Y las mujeres perdieron el monopolio de la religión.
(152)
La versión que utilizo en mi estudio narra que para confirmar en
el Ekue a los primeros consagrados en tierra Orú se llamó
a Orúmiga, dondequiera que su alma estuviese. En su
primera ceremonia de iniciación, los Orú tocan el Sese y
los Efor tocan el Mpegó, ese otro tambor tan importante en las
ceremonias Abakuá del que hablaremos más adelante.
El Sese es, entonces, el primer tambor y está ligado a
Orúmiga; en la primera ceremonia legendaria sólo
poseyó tres plumeros, en vez de cuatro. Al llegar el alba
el Sese es presentado al Sol, como lo hizo Orúmiga en un
principio. Acto seguido se le ofrece la sangre de un gallo al
divino Ekue.
Si el tambor Mpegó tiene
tanta importancia en las ceremonias Abakuá es por su
relación con la historia de Sikán y el Ekue. Cuando
el brujo Nasakó le transmite la Voz del espíritu al
Mpegó, queda éste consagrado como el Ekue. Cabrera
asegura que “Nasakó [el brujo] había dicho que
después que la Voz fuese escuchada, Mpegó sería
tan grande como Ekue, pues el Espíritu pasaría a
él” (154).
La leyenda de Sikán y el
Ekue es copia de la de Orúmiga y el Sese; lo único que
varía es la tribu -en este caso tribus- que desean apoderarse
del secreto espiritual que la mujer posee. Una vez más, la
leyenda cuenta que: el gran poder, el Espíritu, encarna en un
pez -Tanse- en un río del Calabar. Los adivinos de las
tribus de Efor y de Efik, que han de disputárselo hasta que las
dos tribus se acuerdan en una alianza religiosa, tratan de capturarlo
con sus magias respectivas. Pero, una mujer de la tribu Efor,
Sikán, lo halla casualmente cuando va al río a llenar de
agua un güiro o calabaza, para los quehaceres de su casa.
Dentro del güiro que la mujer lleva en la cabeza, “el Pez da tres
voces pavorosas, tres chillidos del otro mundo. Y así la
tribu de los Efor, por la voluntad de Abasí (Dios), se
adueña del ser misterioso que no tarda en morir dentro del
güiro en que había sido sacado del río” (Lengua
169).
Sin embargo, para que el Ekue
se manifestase de nuevo, un adivino de la tribu consulta su infalible
oráculo, Mañongo Mpabio, el cual recomienda con urgencia
que se sacrifique a Sikán y se ofrezca su sangre para que el
Ekue vuelva a oírse. Por supuesto, el Ekue vuelve a
manifestarse sonoramente, como es de imaginarse, a través de un
tambor que lleva su nombre. Desde la primera ceremonia, se unen
dentro del tambor: las dos sustancias, la del pez y la de la
víctima. Los sacerdotes también llegan al acuerdo,
tras muchas pruebas realizadas con pieles de distintos animales, de que
el mejor medio existente para captar la Voz misteriosa del Ekue, es la
piel de chivo. “[El] Ekue es un tambor con un solo parche, cuatro
cuñas, cáñamo y caja de cedro, generalmente
enteriza con tres pies ... asentada y atornillada sobre pies postizos
que permiten al Tambor de Orden, el Mpegó, que representa a
Ekue, hacer efectivamente las veces de Ekue” (170).
Indiscutiblemente el
Mpegó es un tambor de importancia, “tan sagrado como Ekue, o
más aún” (La sociedad 154), como bien dicen los
ñánigos viejos. Su valor se le atribuye a que el
primer Mpegó fue construido antes que el tambor llamado Ekue,
para que a él se transmitiese la Voz que se encontraba en Tanse,
el pez:
Cuando
se tenía a Tanse en el güiro, cuando no se había
[aún] matado a Sikán ... [el brujo] Nasakó
hizo el Mpegó y le trasmitió la Voz del Pez para que
Mpegó fuese Autoridad. Sin Mpegó no hubiesen podido
sentenciar a Sikán. Sin Mpegó no podía
constituirse la Nación. Cuando suena, todos guardan
silencio. El hombre más rebelde, ensoberbecido o
destemplado si oye a Mpegó, el tambor Supremo, a Ekue Efor
Abasalorí Mokunbán, se humilla y calla. (155)
De generación en generación, de siglo en siglo, en la
isla de Cuba la ceremonia de iniciación de un nuevo adepto
Abakuá se corona con el ritual de inmolación de la
Sikanékue, acompañado por las voces de sus tambores, que
son muchos, de los cuales sólo he hablado del Sese, del Ekue y
de su substituto, Mpegó. Una y otra vez Orúmiga o
Sikán mueren, para que el Ekue viva; la Voz del espíritu
que habitaba en Tanse, el pez, debe resonar a través de los
tambores sagrados, mientras la víctima propiciatoria -por lo
general, hoy en día es un gallo- sea bien recibida por
Abasí, el dios Abakuá. Desde el primer
Ekueñón, los sacerdotes ñáñigos
saben que hay que “hacer chillar a Ekue ... [porque] Ekue les
habla, les contesta a todos sus hijos cuando hay fiesta, un Plante, un
nacimiento o un Ñampe (funeral) ... Ekue no monta -no toma
posesión- del abanékue (el iniciado), [sino que] va al
cuero del chivo y le habla en lengua de tambor” (Lengua 172).
Una hermosa leyenda discurre a
través de las páginas de este estudio, compartida entre
Orúmiga y Sikán, acompañada por tres de los
tambores de Honor -Sese, Ekue y Mpegó- los que hacen vibrar al
viento, a través de los tiempos, la Voz del Espíritu que
al principio habitó en Tanse. Ha sido mi intención
la de esclarecer un tanto lo oculto del misterio del rito de la
iniciación en el Ekue, tan bien guardado hasta hoy día
por la Sociedad Abakuá en Cuba, a la vez que presentar una
visión imparcial del sacrificio de las dos primeras
mártires carabalíes, quienes con su muerte dieron
comienzo a potentes sociedades religiosas en África y en Cuba.
Notas
1
La Sociedad Abakuá es una sociedad secreta
mágico-religiosa, exclusivamente integrada por hombres, que
emplea ritos esotéricos para entrar en contacto con la entidad
supranatural que adoran; otro nombre dado a sus miembros es el de
ñáñigos; su principal brujo o adivino siempre se
llama Nasakó en honor al primer adivino de la secta. Por
su parte el vocablo “Abakuá” significa en lengua carabalí
“iniciación, o iniciado, en el cuero”, lo cual refleja la
importancia de los tambores en el ritual ñáñigo,
por ser el cuero del tambor el trasmisor del mensaje de los dioses.
2
El Ekue es un espíritu o ser mítico
sobrenatural al cual los abakuás rinden culto. Su
naturaleza es evasiva, “sólo se le oye, nadie lo ve” (Lengua
169). Él es, en suma, el espíritu que se encarna en
el pez Tanse, en un río del Calabar, quizá porque la
movilidad del pez le ayuda a permanecer fugitivo y por lo cual se
convierte en objeto de una búsqueda obsesiva por parte de dos
tribus del área, los Orú, y los unificados
Efor-Efik. Curiosamente, de cada tribu y en dos ocasiones
independientes, la única que logra inesperadamente atrapar el
pez es una mujer; dicha mujer —Orúmiga (para los Orú) y
Sikán (para los Efor)—, desde ese instante, se convierte en eje
del ritual que marca ese hecho legendario.
3
Los Efor y los Efik forman una alianza
bélico-religiosa para incrementar la posibilidad de captura del
divino Sese (o Ekue).
4
Apapa o áppapas es otro de los nombres dados a los habitantes de
la región de Orú, compatriotas de Orúmiga.
5
Fijémonos que los Abakuá en esta cita le llaman Sese al
espíritu y no Ekue.
6
Como podemos ver, en el ritual de iniciación en Cuba, los
nombres de Sikán y Orúmiga se utilizan sin
distinción, siguiendo la tradición. Por su parte,
al espíritu del Sese o Ekue cuando se une al de Orúmiga o
Sikán se le llama Akuaramina (tradición Orú) o
Sikanékue (tradición Efor-Efik).
7
Lydia Cabrera especifica que aún los más ortodoxos de sus
informantes ñáñigos niegan rotundamente la
existencia de Makurina Mákua. “Makurina Mákua es el
calificativo infamante que se aplica al sacrílego, al perjuro,
al abanékue que ha ofendido al Fundamento o a su verdadera Madre
[Mística], —crimen terrible y sin atenuantes para la Ley
Abakuá” (151). No obstante, yo creo ver un por qué
en tratar de erradicar de la leyenda la existencia de Makurina
Mákua debido a su lugar de importancia como mujer dentro de su
tribu y lo brutal de su muerte. Cabrera, contradiciendo lo que
dicen sus propios informantes, parece creer lo mismo cuando, en una
nota a pie de página, agrega al respecto: “Para un gran
número de ñáñigos Makurina Mákua fue
una notable sacerdotisa ... era una sabia, y quizás es por eso,
porque ella fue tan santa, que alguno la traicionó, al traidor
le dicen Makurina Mákua, recordándole la infamia que otro
como él, cometió con la que era su Madre (espiritual)”
(La sociedad 151).
Obras
citadas
Cabrera,
Lydia. La lengua sagrada de los ñáñigos.
Miami: Ediciones C & R, 1988.
______.
La sociedad secreta Abakuá: narrada por viejos adeptos.
Miami: Ediciones C & R, 1970.
Día
de la Candelaria
Natalia
Bolívar, La Habana
Con
medialuna de oro bajo los pies de tu ruego,
Virgen de la Candelaria, nueve colores de fuego.
Reina del cirio y la llama, incendiada de ternura,
Que eres símil de una diosa de africana piel
oscura.
Carmelita
y nueve colores
Pura
del Prado
Como personaje histórico Changó fue el tercer Alafin de
Oyó, pero decidió instalarse en el territorio de los
Koso, sus vecinos, y allí se convirtió en un gobernante
impetuoso, déspota, lo cual le ganó una mala fama y por
ello fue desterrado por los viejos sabios y abandonado por su esposa
Oyá. Las desobediencias de Changó provocaron desgracia a
su pueblo, llegó la sequía, la esterilidad de las mujeres
y la muerte, razón por la cual Changó se suicidó.
Oyá, su fiel compañera, angustiada por el remordimiento,
tanto lloró que formó con sus lágrimas el
río Níger y sus nueve deltas.
En Nigeria, Oyá es una
divinidad-orisha fluvial, dueña y señora del Río
Níger, que lleva su nombre. Es la
verdadera mujer de Changó, orisha del rayo y el trueno, de la
música, del baile y de la belleza viril. Cuenta la leyenda que
Oyá no podía procrear y siguiendo los vaticinios de
Orula, hizo ebbó (limpieza) con 9 ovejas y parió 9 hijos.
Por ello se le conoce como Iansan (Madre de nueve hijos). Por lo tanto
en Nigeria, como en Tenerife y Cuba, su número es el nueve, que
significa una imagen completa de tres mundos; representa también
la triple síntesis de los ritos medicinales, o sea, la
ordenación de cada plano: el corporal, el intelectual y el
espiritual.
La Virgen de la Candelaria, ya
se encontraba en la Isla de Tenerife antes de ser ocupada por los
españoles. Los guanches, sus habitantes autóctonos,
hallaron a la Candelaria parada y sin moverse, en una peña,
rodeada de signos sobrenaturales, desafiando a los pastores que pasaban
con sus ovejas. Estos trataron de apartarla y en el acto dos de ellos
quedaron lisiados, pero a su vez la virgen logró su
curación. Cuando el Mencey llegó al lugar, se dio cuenta
que algo sobrenatural rodeaba esta imagen, y la guardaron como sagrada.
Cuando los cristianos conquistaron la isla, o como anotan los
cronistas: "la isla los conquistó a ellos", las tropas enviadas
por los reyes católicos cristianizaron la imagen con el nombre
de la Candelaria, porque su aparición, según la leyenda,
estaba rodeada de luces. Al paso de los años se construyó
la Basílica de Nuestra Señora La Virgen de la Candelaria,
en Tenerife. Frente a ella reposan hoy nueve menceyes guanches,
esculturas monumentales de José Abad, que fijan su mirada en el
vacío de su misterioso pasado.
Y partieron los inmigrantes
isleños con su Virgen navegante, hacia nuevas tierra
posesionándose de Cuba, desde Oriente hasta Occidente, llevando
su cultura religiosa desde el siglo XVI hasta entrado el siglo XX,
dejándonos su impronta en la naciente identidad nacional.
A nuestras costas cubanas, la
Virgen de la Candelaria llegó con la espiritualidad de los
canarios y sentó su patronazgo en diversos pueblos y ciudades.
Cuando Camagüey tomaba el nombre de villa de Santa María
del Puerto Príncipe, se construye el 2 de febrero de 1514 una
parroquia a Nuestra Señora de la Candelaria, situada en la costa
atlántica de dicha ciudad. Esta parroquia ha estado
íntimamente ligada a historias de incendios y quemas. En 1528 se
produce la sublevación de sus moradores primitivos, más
tarde en 1616 fue incendiada por cimarrones, y por último en
1668 por piratas ingleses, sugiriéndonos estas tres ocasiones,
el anhelo de destruir el tiempo y llevarlo todo a su final.
Los festejos del 2 de febrero
perviven hasta nuestros días, desde Santiago de Cuba,
Guantánamo, Jamal, Salvador, San Fernando, Realengo 18; Granma,
Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Trinidad, Condado,
Cienfuegos; Villa Clara, Matanzas, La Habana y sobre todo en
Candelaria, Pinar del Río, lugares de donde es patrona la Virgen
de la Candelaria, con celebraciones religiosas o profanas, con cantos y
bailes a la usanza de su tierra, verbenas populares, adivinanzas,
cuentos y controversias, esperando el advenimiento de su día.
Desde la antigüedad, se tiene como costumbre, ese día,
podar las plantas y cortarse el pelo, ya que crecerán más
hermosos y con mucha fuerza.
En la parte occidental de
nuestro país, producto de la mezcla entre canarios, esclavos
africanos y criollos, a finales del siglo XVIII, ante la
religión católica imperante, el esclavo, para proteger a
sus orishas, los enmascara ante un santo católico y es
así como se produce la sincretización entre la
Oyá, orisha del río Níger, portentosa diosa
fluvial, dueña de las centellas, los temporales, los vientos,
violenta e imperiosa, acompañante y amante de Changó y
guardiana del cementerio, con la Virgen de la Candelaria. Entre los
símbolos que acompañan a estas dos deidades están
la luz, el nueve y el agua, es por ello que entre ambas se produce una
relación armoniosa que se conserva hasta nuestros días.
Narra un pattakí de
Ifá, que Changó desafiaba a Oggún al convertir a
Oyá en su mujer. Estando el amante Changó en casa de
Oyá, dueña de las centellas y los temporales, de pronto,
enterado, se apareció Oggún; rodeó la casa con un
ejército formado por todo tipo de armas hechas en su fragua;
interpelaba bruscamente a Changó a que saliera y le enfrentase
batalla. Oyá, muy respetada y querida en su pueblo, y bajo la
influencia de su amor por Changó, se cortó sus largas
trenzas; se quitó también la saya de nueve colores y el
pañuelo. Vistió a Changó con su atuendo. Luego
abrió la puerta de su casa y Changó, vestido con la
indumentaria de su amante, se abrió paso entre la multitud,
imitando el majestuoso paso de Oyá. Vestido así,
logró escapar de la ira de Oggún, su eterno rival en el
amor.
La
Oyá de amor centellante, la Oyá que agita los vientos
La Oyá que sacude al mundo con sus
átomos violentos.
La que brilla por el cielo que la tormenta presagia,
Piedra del rayo dormida por el polvo de la magia.
Carmelita
y nueve colores
Pura
del Prado
Encuentro,
2 de febrero del 2001
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