El presente número de La Habana Elegante está
dedicado, en primer lugar, a la «Crónica de Sucesos»
que ha estremecido el mundo habanero a ambos lados del
Atlántico, del Pacífico, del Mediterráneo, del
Golfo Pérsico, del Mar Negro, del Mar Caspio, etc., etc.: la
reaparición de Pavón, y de paso, el recordatorio de que
el «Quinquenio» duró más de una
«Quincena». También La Habana Elegante reporta las
numerosas actividades realizadas a izquierda y derecha, dentro y fuera,
arriba y abajo, para festejar el 154 cumpleaños de
José Martí.
Presentados por Reina María Rodríguez y
Félix Lizárraga, llegan a la azotea – exhaustos tras
tener que gritar desde la calle para que les abrieran la puerta de
entrada, y luego de subir las desafiantes escaleras de mármol y
de caracol – los poetas Ricardo Alberto Pérez (Richard) y Carlos
Pintado.
Rogelio Saunders revuelve sobre la idea de Blanchot de que
lo ocurrido en Auschwitz fue “el acontecimiento absoluto de la
historia,” es decir, expresa Saunders, “el lugar donde la historia
(toda la historia) habría ardido para siempre.” Este breve
artículo desafía tal asunción.
Norge Espinosa reseña la nueva puesta de “La puta
respetuosa,” de Jean Paul Sartre, por el grupo El público, que
dirige Carlos Díaz. Este comentario da lugar, sin embargo, a una
mirada más ambiciosa sobre la centralidad del cuerpo en la
poética teatral del dramaturgo cubano.
Esta página ya no necesita de introducción.
Como siempre, aquí presentamos los dimes y diretes y los
trajines de la distinguida y elegante sociedad habanera. Todos los
capítulos de la telenovela Pavón llama, el último
estreno del Ballet Nacional de Cuba, el cumpleaños de
Martí, una entrevista a Miguel Barnet. Nada, amigos, que no es
posible encontrar otra revista que tome tan en serio chismes y rumores
– las ruinas circulares de La Habana – y que siempre tenga un hecho, un
suceso de sangre que ofrecer a la insaciable curiosidad de sus
exquisitos lectores.
Un anuncio comercial de Casal para la Casa Alorda, un libro
sobre el arte japonés, y un deseo que puede quemar las manos.
Armando Valdés-Zamora, sin quitarse el polvo del
camino, no pregunta dónde se duerme o come, sino cómo se
va a los palacios distantes de Abilio Estévez.
Antonio José Ponte descubre que existe también
en La Habana un arte de construir ruinas nuevas, como lo pueden ser el
jardín de Diana (no la de Montemayor, ni tampoco la deidad
griega, sino «la otra») o la catedral rusa.
En su ensayo “El fantasma de Sartre en Cuba,” Duanel
Díaz reflexiona sobre la estacia e impacto del filósofo
francés en Cuba. Díaz pone también a
disposición de los lectores el texto completo de “Los siervos,”
de Virgilio Piñera, obra que, desde su publicación en
Ciclón, en 1955, no había vuelto a ser reproducida. El
“Diálogo imaginario” de Piñera, la introducción
del propio Díaz a “Los siervos,” y el ensayo de Norge Espinosa
sobre la obra integran el pequeño dossier que dedicamos al
rescate de este importante texto de la producción
piñeriana.
Pedro Marqués de Armas presenta un dossier sobre las
condiciones de vida en La Habana de entre siglos y en particular sobre
el solar y sus diferentes representaciones. Este dossier lo integran
una crónica de Julián del Casal – “Al borde del abismo” –
y tres trabajos presentados en la III y V Conferencia Nacional de
Beneficencia y Corrección de la Isla de Cuba (1904 y 1906,
respectivamente), por los doctores Diego Tamayo y Manuel Delfín.
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