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¿Por qué este Templete y Ceiba virtuales?

     Porque apostamos por el reencuentro, porque creemos que alguien llegará -- no importa de dónde -- con sus deseos, y querrá hallar algún descanso, alguna sombra, al pie de esta ceiba que, como no tiene geografía, ni un puesto fatal en un mapa, puede ser soñada en cualquier sitio; porque también aquí se funda La Habana; porque también aquí, libre de los discursos políticos que insisten en apropiársela, La Habana vive, prendida a la voluntad, a la testarudez de un grupo de amigos que piensan que este gesto vale la pena. No proponemos la exaltación del pasado, ni la condena del presente. Más bien proclamamos nuestro derecho a no tomarlos muy en serio, a jugar con sus rescoldos, con sus miserias, quizá como medio de conjurarlas. A los que respondieron a nuestro llamado, ¡gracias!  Y unas ¡¡gracias!! muy especiales a Yonny Ibáñez y a su hermana Papola (en La Habana), y a nuestro buen Karlos (en Miami, y en el buen sentido de la palabra bueno, como se apresuraría a rectificar el no menos buen Antonio Machado) por su contribución a la ceiba y el Templete de este año. 
 
 

Ojalá que el invierno se prolongara muchos meses, que el cielo permaneciera siempre nublado, que no hubiera más astro que la luna, que no se escuchara más voz que la del viento entre las hojas secas y que la nieve principiara a caer, colocando sus arandelas alrededor de los troncos de los árboles, poniendo sus caperuzas sobre las montañas eternamente verdes y empezando a extender los pliegues del sudario en que todos nos hemos de abrigar!
     ¿Qué mejor mortaja que la de la nieve puede ambicionarse en un pueblo que bosteza de hambre o agoniza de consunción?"

Julián del Casal
 
 

Es hora de ir hacia el Templete

Y como cada año, La Habana Elegante abre la verja del Templete para que los cubanos, habaneros y amigos de todo el mundo, den las tradicionales tres vueltas a la ceiba y dejen sus deseos, sus reflexiones, o, simplemente, sus mensajes.  Será ésta otra oportunidad para festejar el aniversario de la fundación de la Ciudad y reafirmar nuestra fe en la hospitalidad de sus murallas, y aún en la de sus ruinas.  Para hacer realidad la maldición (o el deseo) de Julián del Casal, ha comenzado a nevar finamente sobre la ciudad.... 
 
 

La Habana, 1519





Aires nupciales en el Templete

     A partir de esta edición La Habana Elegante dedicará, cada año, las vueltas a nuestra ceiba virtual a uno de los muchos lectores que tenemos en todas partes.  Esta vez estará dedicada a una Boda de María Teresa y Tomás Juliodistinguida dama cubana: María Teresa Trujillo. Cuando supimos por ella misma que se había casado el 15 de noviembre de 1959 para que la fecha de sus nupcias -- con otro distiguido hijo de Cuba, el caballero Tomás Julio Villaverde Pérez -- coincidiera con el aniversario de la Ciudad, así como que juntos habían ido al Templete para pedirle a la ceiba los mantuviese unidos, nos dimos cuenta de que no podíamos tener mejores candidatos para iniciar esta idea.  Hoy, 15 de noviembre, nuestros lectores están invitados a la ceremonia nupcial que está teniendo lugar, AHORA, en la Iglesia del Carmen en la Calzada de Infanta. Desde ahí acompañaremos a los recién casados hasta el Templete, y con ellos daremos las tres vueltas a la ceiba. Pediremos por ellos -- junto a ellos --, por nosotros, por ustedes, por ti, que has llegado con unos minutos de retraso, por la ciudad, por NUESTRA CIUDAD, porque sigue siendo nuestra, porque NADA ni NADIE ha podido ni podrá arrebatárnosla. A María Teresa y a Tomás Julio, nuestros votos por su felicidad. Como en La Habana Elegante el tiempo transcurre de otro modo, es decir, en sentido contrario a la ausencia, a la fatalidad, a las revoluciones y contrarrevoluciones TODAS, podemos celebrar todos los días votos como los que María Teresa y Tomás Julio se juraron un 15 de noviembre que no ha dejado de transcurrir, ni de renovarse. A los recién casados nuestras congratulaciones y felicidades.
     Pero, mientras tanto, acerquémonos a ver que está escribiendo María Teresa en el álbum de su boda:

"Buen matrimonio es aquel en que cada uno nombra al otro guardián de su soledad. Una vez aceptada la idea de que hasta entre los seres humanos más íntimamente unidos continúan existiendo distancias infinitas, puede desarrollarse una maravillosa existencia entre marido y mujer, si ambos aciertan amar esas distancias que los separan y que permiten a cada uno ver al otro por entero sobre el amplio fondo del cielo."
(Rainer Ma. Rilke Briefe, Vol.1-)
 
 

Boda de María Teresa y Tomás Julio

     No podía ser más revelador -- en las circunstancias actuales -- la reflexión rilkeana.  Como entre marido y mujer, padres e hijos, amantes y amantes, y la Ciudad y sus hijos existen "distancias infinitas", el secreto del amor duradero sigue estando en "amar esas distancias que los separan." Convencidos de que ello es tan posible como necesario, La Habana Elegante suscribe las mismas palabras en el álbum de boda de los jóvenes desposados. 

La Redacción
 
 
María del Carmen Pérez Santiago      Blanca N. Ibarreche Delgado

        Manuel Villaverde García      Tomás Trujillo Hernández
 

tienen el gusto de invitar a Ud. y a su
distinguida familia al matrimonio de
sus hijos

María Teresa        Tomás

Que se efectuará en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

HOY, 15 de noviembre de 1959-2001

Hora: 6:30 p.m.


 

Sobre los frescos de Vermay en El Templete

(esta información nos la envía el amigo Yonny Ibáñez)

     El Capitán general Vives le pidió a J. B. Vermay que ejecutara tres cuadros para el Templete.  Uno de ellos debía representar la misa celebrada por el obispo Espada en conmemoración de la primera misa dicha en Cuba por el Padre Las Casas debajo de la gran ceiba encontrada por Colón. Cuando Vermay pintó el cuadro, ya la ceiba original había sido cortada por orden de uno de los Capitanes Generales de la colonia, el Capitán Cagigal de la Vega, en 1753.  Los ingleses se llevaron un pedazo del tronco de esa ceiba y se encuentra en un museo de Londres.
     Ese cuadro mural tiene como cien retratos, incluido el propio Vermay y otros personajes.
     El segundo cuadro representa la famosa ceiba en que ofició el Padre Las Casas y su séquito, y el tercero es la constitucióbn del primer Ayuntamiento.
     Vermay muere en esta ciudad  el 30 de marzo de 1833.
     La otra ceiba que se sembró (la segunda) -- pese a los esfuerzos realizados por conservarla -- se secó, y luego se sembró otra que es la actual, y donde se mantiene, desde hace algunos años, la costumbre de darle vueltas en silencio mientras se pide un favor o algo similar.
    Yo conservo un pedazo de la corteza de la segunda ceiba, pues mi familia acudía "a darle la vuelta a la ceiba" y yo conservé esa costumbre.
     En estos malos tiempos, tengamos los mejores ánimos posibles, Un abrazo,  Yonny, La Habana.
 
 

     Ceiba, ¿hasta cuando tendremos que soportar nieve?... Saludos desde Chicago y vida eterna. Por ahora. Henio del Castillo, Chicago.
 
 

La Santísima Trinidad, construido en La Habana en 1769 (considerado en su época el mayor del mundo)





DE LOS BAILES

     "Una descripción de la Habana en 1598, dice: 'Los bailes y diversiones de la Habana son graciosos y extravagantes, conservan todavía los primeros la rudeza y poca cultura de los indígenas, y las segundas la escasez y ningunos recursos de una población que comienza a levantarse.  Hay en esta villa cuatro músicos que asisten a los actos que se les llama, mediante un previo convenio.  Son estos músicos: Pedro Almanza, natural de Málaga, violín; Jácome Viceira, de Lisboa, clarinete; Pascual de Ochoa, de Sevilla, violón; Micaela Ginez, negra horra (es decir libre), de Santiago de los Caballeros, vigüelista, los cuales llevan generalmente sus acompañados para rascar el calabazo y tañir las castañuelas.  Estos músicos siempre están comprometidos y para obligarlos a la preferencia, es preciso pujarlas la paga, y además de ella, que es exhorbitante, llevarles cabalgadura, darles ración de vino y hacerles a cada uno, también a sus familiares (además de lo que comen y beben en la función) un plato de cuanto se pone en la mesa, el cual se lo llevan a sus casas; y este obsequio llaman propina de la función.  Estos mismos músicos concurren a las fiestas solemnes de la parroquia, que son las de San Cristóbal, San Marcial, Corpus, etc'.  Los bailes más espléndidos que se han dado en la Habana, han sido en 1807, el del Almirantazgo (o sea con motivo de haberse nombrado Gran Almirante a Godoy), verificado en la Comandancia de Marina.  El dado en 1807 por el Almirante Filiberto Willoumet a bordo del navío francés el "Froudroyant" (que llegó aquí desmartelado de un temporal que dispersó su escuadra) en correspondencia de los que a él se le dieron.  En 1810, en obsequio del General Someruelos, y en 1836 en el del General Tacón, en la Alameda de Paula (hoy salón de O'Donnell).  Otro verificado en la Real Factoría; otro dado en 1833 en el palacio de la Audiencia, para la jura de S. M. Doña Isabel II.  El dado en 1833 en obsequio del Príncipe de Joinville, etc., etc., y el que dió éste después en el buque que mandaba, en correspondencia de aquel agasajo."  Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna, de D. José María de la Torre, La Habana, 1857 (p. 117-8)
 
 

     Cierro los ojos y me transporto a la Plaza de Armas. Veo vendedores de libros, perros cajelleros,  turistas despistados, buscavidas que ofrecen tabacos a bajo precio, el ir y venir de mis compatriotas, cada uno intentando resolver. Siento el aroma de Cuba. ¿A qué huele Cuba? A la natilla caliente de mi abuela, a galán de noche, tabaco, café y ron. Y a mar, sobretodo, a mar. Entro al Templete. Ahí está la Ceiba. Hay que darle tres vueltas y pedir tres deseos. Pudiera girar infinitamente alrededor de este viejo árbol, y tampoco cesaría mi mente de imaginar cosas buenas para esta isla, para esta gente, mi gente. Pero sólo pido paz. Porque en la paz cabe todo lo demás: tolerancia, reencuentros, libertad, sentido del humor, prosperidad, talento creador, descanso en el hogar, viajes, fiesta,  bendiciones, recuperación de la historia, aché, sueños de futuro, él, ella, tú y yo. Nosotros. Es suficiente.

Uva de Aragón, Miami.
 
 

Parque de Colón





LA PLAZA DEL VAPOR

     "En 1,817 se formó el mercado conocido por Plaza del Vapor, construyéndose de madera sus casillas y formando un octágono su interior.
     El nombre de vapor lo debe a haber colocado don Francisco Marty y Torrens, en una fonda que tenía en el lado de la Calzada de Galiano, un cuadro con la vista de un vapor, aludiendo al Neptuno, primero que vino a la isla (1,819), y hacía viajes de la Habana a Matanzas.  En 1,836 reedificado el mercado de cantería por el General Tacón." Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna, de D. José María de la Torre, La Habana, 1857 (p. 83-84)
 
 

  La Habana Elegante cumple quince. Quince hermosos números en su segunda época. Cuatro años en que el reciclaje de las estaciones nos ha traído siempre nuevos textos, frescas aventuras, promesas renovadas. Gracias, Francisco Morán Lull, poeta, amigo, editor, centinela en la torre de ese faro que has encendido, demiurgo de una Habana platónica que flota, como la isla de cristal de San Brandán, en la vertiginosa mar océana que es la Red. 

Te quiere, te admira, te saluda,

Félix Lizárraga, Miami.
 
 

TEATROS

     "Una descripción de la Habana en 1598, dice: 'En obsequio de nuestro Gobernador los mancebos de esta población dispusieron una comedia la noche de San Juan, para cuyo efecto hicieron construir Teatro de Tacón y Paseo de Isabel II a mediados del siglo XIXuna barraca en las cercanías de la fortaleza.  Titulábase esta comedia: "Los buenos en el cielo y los malos en el suelo".  Era el primer espectáculo de esta clase que se hacía en la Habana, y atrajo a todos sus moradores.  Hubo mucho alboroto durante la representación, porque la gente no acostumbrada a comedias, charlaba en voz alta, y no quería callar; hasta que el gobernador le dirigió la palabra, amenazando con el cepo al que no guardase el debido orden.  La comedia se acabó después de la una de la mañana y la gente regustada, quedó tan complacida, que insistió en que volviera a principiar'.
     En 1775 se abrió el Coliseo conocido después por Teatro principal, construido por el marqués de la Torre con auxilios del vecindario, y para dotación de la casa de Recogidas, siendo en su época el más hermoso y bello teatro de la monarquía.  Desde fines del siglo pasado se dieron en él operas españolas, y en 1834 comenzaron las italianas.  Acabado de sufrir una gran reparación que lo dejó elegante y espléndido, fué destruido por el desastroso huracán de 11 de Octubre de 1846.
     El primer teatro se estableció en la Casa de comedias (hoy del señor Mazorra en el callejón de Jústiz); pasó después a la Alameda de Paula, luego a la calle de Jesús María, y últimamente al Campo de Marte (donde abrió su carrera dramática el celebrado cómico habanero don Francisco Cobarrubias.)  Construyéndose después otro teatro en Jesús María, calle de Cienfuegos, y en 1830 se abrió el del Diorama (destruido en 1846), en 1838 el espléndido de Tacón, y en 1846 el del Circo habanero, título variado después en Teatro de Villanueva."  Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna, de D. José María de la Torre, La Habana, 1857 (p.118-9)
 
 

Fermín Cerveau (1812-1896): La Habana





     Antes de dar la vuelta a este generoso tronco que se alza a las alturas desde donde todo debe verse, venimos con el deseo de desterrar el odio de nuestros corazones, en estos días tan turbulentos. Lo que nos une ha de vencer sobre lo que nos separa. Nuestro hijo nació el 10 de septiembre, apenas 24 horas antes de que miles de personas quedaran atrapados entre incontables toneladas de escombros. Y se nos antoja pensar que entre esas personas había al menos uno al cual le había nacido un hijo el mismo día y a la misma hora.
     Invocar una guerra -- cualquiera que sea -- significaría dejar a más hijos sin sus padres o a más padres sin sus hijos. Pero al parecer, el ser humano no gana en experiencia.
Dicho. Ahora si podemos dar la vuelta a la ceiba.

Hanna y Andrés, Proyecto Esquife, La Habana.
 
 

Testimonio “La Ceiba Legendaria de Calzada de Managua No. 65”

     Esa ceiba que señorea en el traspatio de la casa donde viviera sus últimos años el ilustre Juan Gualberto Gómez, sita en Calzada de Managua no. 65, esquina a Luna,  Arroyo Apolo, debió haber sido la ceiba que hoy se yergue en medio del parque de la Fraternidad Americana, inaugurado con motivo de la IV Conferencia Panamericana de La Habana, celebrada en 1928. Pero las circunstanciasceiba de la casa donde vivió Juan G. Gómez de entonces cambiaron el curso de los acontecimientos.
     Sucedió un día impreciso de finales de la década del veinte cuando personeros de la comisión organizadora de esta celebración visitaron a Don Juan en su casa de las afueras de La Habana, a donde se había retirado de la vida pública tiempo después de la compra de la ‘quintica’ en 1914. Ya allí descubrieron en un ángulo del patio una ceiba de medianas dimensiones plantada en un tiesto la cual había sido trasladada junto a otras plantas desde la casa de Lealtad 106 donde la esposa de Don Juan, Doña Manuela Benítez, cuidaba con tanto afán de su familiar y ponderada ‘reata’ del jardín interior ornado de toda suerte de matas.
     Luego de la “honrosa petición”, acogida por Don Juan y respetuosamente aceptada por Doña Manuelita, pasaron los tiempos inconscientemente acordados por ella, pero los interesados en la obra no aparecían para llevarse la preciada planta.
     Y así, Doña Manuelita, conocida por su amor a las plantas y su hereditario temperamento andaluz, un día determinado convocó a un asiduo amanuense suyo, vecino del barrio, y en complicidad escogieron el sitio donde sería trasplantada.
      En precisa operación, desconocedora de la trascendental carga de símbolos ancestrales que se arrastraban, plantaron la CEIBA confirmándose los designios de recíproca tutela hombre-árbol iniciada por Doña Manuelita.
     Al conocer Don Juan de la decisión de la ‘Patrona’ (así llamaba benévolamente a su esposa en lo referente a menesteres y decisiones domésticas) le preguntó qué explicación podría darse a los emisarios, y una respuesta muy típica y rotunda le fue dada: “Pues que se busquen otra...”   Y otra ceiba tuvieron que buscar. 
     Hoy, rozando los 90 años, esa ceiba sigue en pié como monumental pulmón del entorno, morada temporal de diversas aves de paso y refugio acogedor de las patrimoniales palomas domésticas y de los familiares y omnipresentes gorriones.
     Cada primavera transmite su mensaje de esperanza cuando, despojada de su esplendoroso follaje, sus ramas yertas reverdecen milagrosas en un santiamén.
     Lo acontecido acerca de la ceiba de casa de Don Juan y la ceiba del Parque de la Fraternidad Americana fue referido a sus hijos por mi abuela, Juana Gómez Benítez, quien siempre vivió en Villa Manuelita junto a sus padres. 
     Sus descendientes, mi tío Juan Gualberto Ibáñez Gómez y yo, que aún la habitamos, la custodiamos celosamente.

Mercedes Ibarra Ibáñez   Gómez, biznieta
18 de octubre de 1999, La Habana. 
 
 

De El Prado, la vueltecita, los helados y el hielo

     "En 1772, en que se abrió el paseo del Nuevo Prado (hoy de Isabel II), concurrían a él todos los Paseo del Prado: Hoteles Brooklin y Pasajepaseantes.  Por la noche se daba la vueltecita por las calles del Empedrado, Habana, Sol o Jesús María y Oficios; reuniéndose los hombres en el café de Mr. Tavern (aun conocido por Café de Taverna, en la Plaza Vieja esquina a la calle de Mercaderes).
     Hacia los años de 1810 y 11, por lo menos, ya la vueltecita se hacía por la calle de los Oficios, yéndose desde la Plaza de Armas.  Se tomaba luego la calle de Paula y en seguida la de Cuba, para ir a tomar helados en la fonda y nevería Juan Antonio Monte, que estaba en dicha calle de Cuba entre las de Luz y Acosta.  Trasladada dicha nevería (que fue única en la Habana por muchos años, y que en los primeros tiempos vendía la copa de helado a peso (1) a la calle de los Oficios esquina a la de Acosta, continuó el paseo por las mismas calles.
    El de la tarde se verificaba en las primeras horas, o sea antes de pasar al Prado, por las calles de Dragones, cerrada del Paseo, y la Salud; hasta 1836, en que se abrió el Paseo de Tacón o Militar, que desde entonces y muy particularmente desde 1844 en que se hermoseó la calle de la Reina, ha atraido la concurrencia.

(1) En 1806 se introdujo el hielo (o nieve como vulgarmente se le dice), sufriendo gran oposición del Protomedicato, que lo consideraba perjudicial a la salud en este clima y abogando solo en su favor don Francisco Arango, que logró vencer todas las dificultades de la introducción.  Vendíase la libra a ¡medio peso! y aun ¡a peso!, cuando en el día vale un peso el quintal.  Cuéntase que hubo personas que al probar los helados lo soplaban como si fuera bebida caliente, y que otras salían corriendo, etc., etc." 

Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna, de D. José María de la Torre, La Habana, 1857 (p.117)
 
 

HOMENAJE A LA CEIBA

     Nací En Ceiba Mocha. Crecí imantado a un templete. La muerte dirá si reverdezco ceiba bombacácea y sirvo de relleno al colchón de algún comecatibía.

José Kozer, Miami.
 
 

     Esta ceiba tiene poderes, pide, pide mijito, que esta ceiba cumple toito los deseos, de viejos, de jovencitos, deseos pa' curar los riñones, la arterisclerosis, la castroenteritis, la nostalgia, y hasta la impotencia. Pide, pide, que ella escucha, con sordera, pero escucha, porque tiene unos poros muy grandes en las hojas que son como orejas. Pide, pide pa' goza' que esta ceiba te lo concede toito.

Jorge Luis Camacho, Arkansas.
 
 

CARRUAJES Y OTROS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

     "Hasta fines del siglo pasado sólo se conocían las volantas, las calesas tiradas regularmente por mulas, y algún coche.  Las calesas (de donde ha precedido el nombre de calesero), tenían la formaVíctor Patricio de Landaluze: El calesero galante de un cajón vasto, con pilares y ventanas montadas sobre un pliego igual al de las volantas.  Las volantas se construían generalmente en Inglaterra.
     Introdujéronse a principios del siglo los quitrines, que se hicieron más comunes desde 1820, aunque hasta 1836 no los hubo de alquiler (por lo que aun se dice tomar una valante y no un quitrín (1).  Los coches se han venido a generalizar desde 1846, pues hasta 1840 apenas se conocían otros que el de los Capitanes Generales y el que había para la visita de enfermos en la catedral.  Los ómnibus (cuyo origen se remonta al siglo pasado), se establecieron primero desde Regla a Guanabacoa en 1839 y después desde el Cerro a la Habana, en 1840; los de Jesús del Monte, en 1844; los de Príncipe en 1850, y los del Cerro a Marianao, en 1855.
     El alquiler de una volanta de la Habana al Cerro o a Jesús del Monte, era a principios de siglo, de 2 pesos; más tarde, 1 peso; y 6 reales, después del establecimiento de los ómnibus (que llevan a real por persona).  Desde intramuros hasta los extramuros era medio peso hasta el año de 1835, en que bajó a peseta fuerte (hoy sencilla).
     Para el pasaje de Regla a Guanabacoa había volantas con parejas de rocines y llevaban un peso y Bicitaxihasta doce reales por el pasaje: hasta 1842 en que se abrió el ferrocarril y redujo el pasaje a un real.  El pasaje de la bahía se hacía en botes, y mediante el progresivo aumento de los pasajeros en el siglo pasado, el Ayuntamiento sacaba a remate el tráfico de dichos botes, que sólo cobraban medio real por persona.  El contrato era bienal y el contratista se llamaba el Rentero.  La última contrata produjo cincuenta mil pesos.  Los botes atracaban primero en Marimelena y luego en el Santuario, no pasando nunca de siete, mal servidos e inseguros.  Se abolió la renta en 1808, creándose en su lugar el tercio de matrículas, que aun existe.  En 1837 se estableció la primera empresa de vapores de la capital a Regla; en 1842 hubo otra que sólo duró un año; y en 1854 se estableció la tercera conocida por segunda empresa.  Pronto se abrirá el ferrocarril urbano, con ramificaciones hasta Guanabacoa, orillando la banda del sur de la bahía, y hasta Marianao o el Cano, por el Suroeste."  Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna, de D. José María de la Torre, La Habana, 1857 (p.119-20)
 
 

     ¿Estas ahi Iroko, desde que me arañaste la rodilla con tus púas cuando me encaramé sobre tu tronco yacente para ver chisporrotear al último Judas repleto de cohetes de aquella noche de San Juan, en el solar baldío de la esquina de los choques, donde se despachurraban cada semana unos cuantas máquinas que, bajando a todo meter por alguna de las dos empinadas pendientes de Juan Bruno Zayas o Carmen, se encontraban en el sitio exacto de su karma, o en donde lo fijó Oggún
para recoger después su chatarra? ¿Estás ahí desde que hiciste resbalar con la baba de tus bellas flores blancas orladas de fucsia, enchumbadas de llovizna, a mi padre que iba a comprar el pan del desayuno a los chinos del grocery de la esquina de Cortina y Vista Alegre, esos mismos que me enseñaban a decir: "Tiuniga Macajay", o "Tiu Na Ma Caninambo"?
     Yo sé que ya te fuiste. Yo sé que ya no son los tiempos en que Sunsún Mayimbe se echó a volar desde tu copa para avisar a Oloddumare que los animales de la Tierra se morían porque su madre había insultado al Cielo y éste le había retirado con su Divina Presencia las aguas que les daban la vida. Te cortaron, las cortaron todas para hacer casitas de infelices, que pagan su estupidez con su miseria presente. Yo las vi caer una a una siendo niño. Yo sé por qué el Osobbo y el Araye se echaron sobre la Isla como las garrapatas sobre el perro callejero.
     Ya no estás ahí para proteger a nadie, ya Obbatalá no tiene donde descansar ni de dónde llevar sus ofrendas al cielo. Ni paz ni claridad mental tendrán abrigo. Chivo que rompe tambor con su pellejo lo paga. En el Consejo Olímpico Zeus habla al comienzo de la Odisea y se ríe de los hombres, se burla de ellos diciendo: "Ellos mismos fabrican con sus propios actos el futuro que los atormenta". Iroko no se podía cortar. Como los compañeros de Ulises que mataron y se comieron los bueyes del Sol no volvieron a Itaca, los que cortamos las ceibas no volveremos a Erekusu. Palabra de Iroko.

Ramón Alejandro, Miami.


NOTICIAS PARTICULARES DE LA HAVANA

VENTAS

Mulato

Un mulato, como de treinta años, buen cocinero, sano y con todas tachas, menos ladrón; también se cambia por negro, mulas, caballos o volante.  En el almacén que era de don Juan Ricón darán razón.

Una negra de edad de 17 años, buena lavandera, sin tachas, en 250 pesos libres.  En la calle de la Sábana, núm.6, darán razón. 

(del Papel Periódico de la Havana)
 
 

El deseo de PAZ y SALUD para TODOS los hombres en el MUNDO.

Anunciata Navarro y familia, La Habana.

mediopunto habanero

PROSPERIDAD, SALUD,y BUENA SUERTE para TODOS mis seres queridos.

Santiago Chong, La Habana.
 
 

PÉRDIDA

Se han extraviado fuera de la Muralla unos cordones de Cadete.  Frente a la portería del Monasterio de Santa Teresa, número 80, gratificarán al que los entregare.

(del Papel Periódico de la Havana)
 
 

Ceiba, ¿será tan imposible la paz como parece ?

Sandra, La Habana.
 
 

así se cargan los cañones de la Cabaña...

     Morancillo: Al pie de la ceiba nos volvemos a encontrar; ya son cinco años y eso me suena a costumbre, cosa que disfruto y celebro. Aprovecho la ocasión para mandarte unos frutos que robé de la Filípica de Tempompo. Pruébalos primero e incrimíname después. Yo guardo para ese instante la nieve entre las manos. A ti te toca, íncubo de la otrora San Cristóbal de la Habana, aparecer con el sudario.

Karlos H. Pintado, Miami-La Habana-Dublín.
 
 

Una carta de Anaïs Nin
 

Octubre 9. 1922

Finca La Generala*, Luyanó, Habana

A Eduardo**:

     Me había prometido no hablar sobre el cambio de hogar ni de mi nueva aventura. Llegué a La Habana con mucha sobriedad y dudas, determinada a vivir tan sólo con lo indispensable, sabiendo Anais Ninmuy bien el error que paga uno por ilusionarse. Pero los dioses, por consiguiente, me colmaron de regalos. Me encuentro viviendo en las afueras de la ciudad, en la más bella de las casas, casi un palacio, amueblado y decorado con exquisitez, rodeada de un jardín encantador. Y por todas partes que miro están los campos de Cuba, fértiles y pródigos bajo un cielo siempre brillante. 
     Y el aire es suave y agradable, las palmas altísimas, derechas e infinitamente elegantes, alzándose contra un cielo lleno de brillos y colorido. Todo luce traspasado por una calidez y suavidad ocultas; es aquí donde se siente el hechizo del sur - la languidez y la pasión que te arroban por turnos a través del espíritu y las sensaciones.
     Todos estos días he estado deslumbrada por lo extrañeza y la novedad de lo que me rodea, escribir ni hablar mucho, apenas limitándome a observar con detenimiento, absorbiéndolo todo,
juntándo las experiencias y las impresiones para entenderlas y explicarlas mejor más tarde. Ahora ya sabes, Eduardo, porqué te envío hoy una carta tan corta, tan llena de superficialidades, sólo
describiendo cosas tangibles y visibles. La lucidez vendrá después, desde lejos, a hurtadillas, como
temiendo de no ser advertida; pero, mientras tanto, me siento satisfecha de ver y escuchar y sentir, y de escribir como escriben las criaturas ordinarias. 
     Sí, me permitiré expresarme con poesía como deseas, pero no ahora que busco mansedumbres; si estuvieras aquí, serías tratado con un respeto extraordinario, ahora que estás tan lejos y yo queriendo engatusarte para que le escribas una carta que reconforte a tu "cuisine"***, a quien el mundo ha abandonado en una isla para perecer en soledad. 
     Todavía sigo deslumbrada, incapaz de creer que todo es cierto. Primero, he conocido a Cuba por su naturaleza, sus campos, su cielo, su mar; en cada lugar he encontrado una encanto abrumador, cierta sensibilidad me alberga cada vez que encuentro belleza en cosas que para muchos han pasadoantena de televisión inadvertidas - una belleza que me ha tocado y que he entendido de una forma divinamente pura. 
     Y he visto la ciudad desde las casas más humildes hasta las más ostentosas. He visto las extrañas casitas pintadas de blanco y amarillo y azul pálido y rosado; he distinguido el pintoresco encanto que se auna en un colorido inusual, en las calles angostas. Uno deambula entre la suciedad, la pereza y el brillo, observando las decoraciones ordinarias y primitivas, rasgos que no escapan a los ojos, y descubres cuánto seduce esto a sus habitantes. Los pobres son desesperadamente pobres; los ricos son ostentosamente ricos, pero se siente uno cierta compatibilidad con ellos. Basta tocar lo que muestra rechazo para cambiar su esencia.
     La Habana me da impresión de que es una ciudad de extremos, de contrastes, quizás sea sólo hablando de contrastes...porque es relativamente pequeña. Todo luce reducido, por decirlo de alguna forma, y muy fácil de observar.
     Ahora he comensado a conocer a La Habana por medio de su sociedad. Ya vi y sentí a la naturaleza, y a la ciudad que conocí y jusgué por sus apariencias. Pero deberé asimilar a la sociedad para entender así a la Habana totalmente, ¿No son acaso las personas la prueba más completa y convincente del carácter y el temperamento de una ciudad, de sus rasgos en general, de sus principales defectos y virtudes?
 

Notas

* La finca La Generala era propiedad de Antolina, tia de Anaïs Nin, viuda de el General de
Cárdenas.

** Eduardo Sánchez. Primo predilecto de Anaïs. Nació en 1904 y murió en 1990. Hijo de Bernabé Sánchez y de Anaïs Culmell. Astrólogo. Viajó a París en 1930 y convivió una temporada con los Guilers, en Louveciennes. 

*** cuisine. El francés defectuoso de Eduardo le hacía confundir cousine (prima) con cuisine (cocina), algo que más tarde tomaría forma de chiste.

Tomado de: 

Anaïs Nin, The early years, Volume Two, 1920-1923
A Harvest Book
Harcourt Brace & Company
San Diego, New York, London
 
 

     En la rama materna de mi familia, que es la mas cercana para mí, los únicos habaneros reyoyos somos mi hermano y yo pues hubo emigración desde Oriente en la decada del cincuenta y hacia Estados Unidos en la decada del sesenta; se puede decir que la familia tuvo un breve paso por LaCristo de Casablanca (detalle de la cabeza) Habana que permitió a Armando y a mi crecer cerca del Malecón, del Coppelia... hacer la cola de
las papas sentados en una tumba de un poeta alemán del cementerio de Espada; hacer calistenia matutina detrás de las guaguas....
     Treinta años después estamos del otro lado; se quedaron atrás; pero adentro la catedral sumergida en su baño de tejas, la perla del trópico con mulatas tipicas de andar apostólico, como la han cantado... y, a lo que vamos, quedó esa ceiba ceremonial que retropiezo hoy gracias a esta nueva dimensión, el más reciente embrujo humano, que es la internet.
     Sí, soy de La Habana, como también dijo algún cantante popular; pero mis deseos, no sé por qué están hoy fuera de los muros de la ciudad, no de ese ya demolido, colonial, no de ese otro, patético entre ambos lados del estrecho de la Florida sino de todo muro que pueda recordarme donde nací
pues tengo un deseo impostergable que no sé si alguna ceiba solitaria me pueda conceder.... te lo pido de todos modos, Ceiba templaria-habanera: deseo mucho, mucho que se acaben las guerras... estoy hasta el hastío de las guerras, de las imcomprensiones, de las incomunicaciones, de los malos entendidos y de las malas intenciones... ¿será posible esto?
     No sé si esto otro tenga que ver con lo anterior, ceibita, pero tú que te elevas al cielo en tu diaria plegaria vegetal, dile al Cristo que acabe de venir y no se haga más de rogar, que lo estamos esperando hace casi dos mil años y que tenemos muchas dudas existenciales... si, ese seria otro buen deseo, que se acaben las dudas existenciales... ¿acaso nos están ocultando algo que no podemos comprender?

Pues ahí están mis tres deseos;

Roberto Wong, escultor, Miami.
 
 

Habana: ¡¡¡La Maravilla!!!





Ciudad Habana, la hermosa

Nuevo fuego amanece cada día en la canción de amor
en tus calles húmedas por los secretos de los duendes.
Secular esta luna se acostumbró con tus recodos
y la yagruma suicida toca la blanca sábana
y trasciende el olor de los fantasmas en la casa de Sophía
mientras ella busca a Víctor por los corredores,
lo llama hacia la buhardilla cómplice,
pero va encontrando siempre el mismo rostro escarmentado
del Alejo que después la poseería sin remedio...
Cada día
tú, geometría imperfecta, hermosa,
regalas tu elegancia loca y añejada
para las rondas de los trovadores,
para los santos y las señas de augustos piratas
que se desvanecen con el alba,
y entretejes los sueños del balcón de eterna serenata
para que Lezama y Hemingway se declaren locos célebres
cada día.
Pasan carruajes de rocío sobre tus adoquines fuertes
se lleva el aire los susurros y viene la noche
jinete de la suerte de vivir en tí aunque sea unas horas
porque entre tus senos turgentes hay un lugar famoso
donde los gatos se hacen el amor y las sombras
eternas sombras
se retiran a dejarnos la vigilia de la ceiba.
Allí tu nombre va creciendo y toma una extraña ortografía
y nace entre tus piernas desde la escarcha del tiempo
tu pasado oculto, tus venas abiertas a la primavera.
Pero lo indecible está en el poema
y tu sabor y tu piel son todo nuestros
como nosotros de tí
surgidos de tu sol y de tus aguas
eternamente hermosa idolatrada ciudad
en aquestos libros emplovados conocida
como Villa de San Cristóbal de La Habana
desde siempre y oara siempre
símbolo y sonrisa de la vida nueva.

Sabina Texido, Lansing, Michigan.
 
 

TEATRO

     Hoy, jueves 13 del corriente, a las 12 de la noche, si el tiempo lo permite, se representará la famosa ópera en un acto, titulada la Indigesta, a la que seguirá una excelente pieza unipersonal nombrada Lamentos de los Cayo-putanos, concluida, se cantará un famoso dúo por los señores Zapato y Guatacas, cuya música está sacada de la ópera del delirio.  Entrada libre, por ser día de San Gumersindo.

  Imprenta Liberal, a cargo de Feliciano Romay.

(de El Esquife, La Habana, 1813)
 
 

     Por lo que tienes de deidad, gentil ceiba, a tu sombra nos conjuramos para abominar de la guerra y todo lo que la atiza, en especial de esos "war profiteers" que se enriquecerán con las armas y la muerte.
     Que los pueblos árabes suscriban los principios humanistas y seculares que alienten su necesitada modernización, y que las naciones poderosas, lejos de mostrar su habitual impúdica avaricia, destinen al menos el diezmo del PNB a la ayuda extranjera, qué carajo.

Manolo García-Castellón, Nueva Orleáns.
 
 

Dame la mano y danzaremos,
dame la mano y me amarás,
como una voz plural seremos
junto a la Ceiba de Morán.

Jesus J. Barquet, Texas.
 
 

adios... perla marina... que en hondos mares...

     Hola: primero que todo, gracias a Dios por encontrar esta página y, segundo, a ustedes por su labor. Soy cubana nacida y resido en el extranjero, y no recordaba los largos paseos y colas interminables para darle la vuelta a la ceiba a la que tantas veces fui. Gracias, hoy siento renacer, y a pesar de la nostalgia estoy feliz pues no todos los días llegan recuerdos tan grandiosos. ¡Hoy, ceiba divina, te pido por la paz y el amor entre todos los cubanos, y que la libertad sea ya una realidad! 

Niurka, Colombia.
 
 

     Saludos a la ceiba de Morán, con su Habana virtual dándole vueltas, pidiendo y pidiendo, una y otra vez, tres veces, los deseos que nos hacen buenos y también, a veces, los que ensucian el alma. En este otoño tan especialmente frío, afuera, y sobre todo adentro de nuestros corazones, ya no pido la prudencia y la humildad, que al parecer son letra muerta en los seres humanos. Pido, a riesgo de parecer ridícula, una esperanza que nos mantenga vivos y aún un poco dignos de percibir lo eterno.
     La Habana Elegante, Morán, es uno de los más encomiables proyectos actuales de la cultura cubana. Su ceiba de cada noviembre es un refugio al que comparecemos todos los que te queremos a ti y apreciamos la revista. Crezcan en su mismo centro, como un pilar, los buenos deseos que la merodean. Yo te mando un abrazo a ti y a todos los que a su sombra se cobijan. Allí espero tener siempre un lugarcito.

Odette Alonso, México, D.F.
 
 

lancha de Regla

..Al principio fue el alarife, el hombre de la plomada y del mortero, de cuyo temprano paso al Nuevo Mundo queda constancia en los asientos de Pasajeros a Indias de la Casa de la Contratación de Sevilla. (Seis habían pasado ya a la Isla Española, antes de que se iniciara la colonización de Cuba.) De ahí que, independientemente de aquella Habana anterior a La Habana que -según se dice- alzaron unos cuantos colonos en las orillas del río Almendares, hemos de buscar el verdadero núcleo generador de la ciudad en aquellos humildes y graciosos vestigios que aún perduran en uno de los patios del antiguo convento de Santa Clara, cerca de las clásicas tabernas pecaminosas del puerto, bajo la presencia de un pequeño mercado, de un baño público y de una fuente municipal que, a pesar de su modestia, ofrece una evidente nobleza de factura. Trabajo todo, de alarifes, como aquella «Casa del marino», más ambiciosa, que aún puede verse a una escasa distancia de lo que fuera, en un tiempo, ágora entre manglares, plaza entre malezas, y que al ser revelada al público, en días de nuestra adolescencia, tras de larga reclusión impuesta por el envolvente crecimiento de un monasterio de clarisas, ostentaba todavía un borroso letrero que la identificaba como la «Casa del pan».
     No es nuestro propósito -y temprano debemos advertirlo- hacer un bosquejo histórico de la arquitectura cubana, obra que requeriría todo un aparato erudito, sino llevar al lector, de la mano, hacia algunas de las constantes que han contribuido a comunicar un estilo propio, inconfundible, a la ciudad aparentemente sin estilo (si nos atenemos a las nociones académicas que al estilo se refieren) que es La Habana, para pasar luego a la visión de constantes que pueden ser consideradas como específicamente cubanas, en todo lo que significa el ámbito de la isla. Al principio fue el alarife. Pero las casas empezaron a crecer, mansiones mayores cerraron el trazado de las plazas, y la columna -que no era ya el mero horcón de los conquistadores- apareció en la urbe. Pero era una columna interior, grácilmente nacida en patios umbrosos, guarnecidos de vegetaciones, donde el tronco de palmera - véase cuán elocuentemente queda ilustrada la imagen en el soberbio patio del convento de San Francisco - convivió con el fuste dórico. En un principio, en casas de sólida traza, un tanto toscas en su aspecto exterior, como la que se encuentra frente a la Catedral de La Habana, pareció la columna cosa de refinamiento íntimo, destinada a sostener las arcadas de soportales interiores. Y era lógico que así fuera -salvo en lo que se refería a la misma Plaza de la Catedral, a la Plaza Vieja, a la plaza donde se alzaban los edificios destinados a la administración de la isla - en ciudad cuyas calles eran tenidas en voluntaria angostura, propiciadora de sombras, donde ni los crepúsculos ni los amaneceres enceguecían a los transeúntes, arrojándoles demasiado sol en la cara. Así, en muchos viejos palacios habaneros, en algunas ricas mansiones que aún han conservado su traza original, la columna es elemento de decoración interior, lujo y adorno, antes de los días del siglo XIX, en que la columna se arrojara a la calle y creara -aun en días de decadencia arquitectónica evidente- una de las más singulares constantes del estilo habanero: la increíble profusión de columnas, en una ciudad que es emporio de columnas, selva de columnas, columnata infinita, última urbe en tener columnas en tal demasía; columnas que, por lo demás, al haber salido de los patios originales, han ido trazando una historia de la decadencia de la columna a través de las edades. No franja del malecónhace falta recordar aquí que, en La Habana, podría un transeúnte salir del ámbito de las fortalezas del puerto, y andar hasta las afueras de la ciudad, atravesando todo el centro de la población, recorriendo las antiguas calzadas de Monte o de la Reina, tramontando las calzadas del Cerro o de Jesús del Monte, siguiendo una misma y siempre renovada columnata, en la que todos los estilos de la columna aparecen representados, conjugados o mestizados hasta el infinito. Columnas de medio cuerpo dórico y medio cuerpo corintio; jónicos enanos, cariátides de cemento, tímidas ilustraciones o degeneraciones de un Viñola compulsado por cuanto maestro de obra contribuyera a extender la ciudad, desde fínes del siglo pasado, sin ignorar a veces la existencia de cierto modern-style parisiense de comienzos del siglo, ciertas ocurrencias de arquitectos catalanes, y, para quienes, en los barrios primeros, querían sustituir las ruinosas casonas de antaño por edificaciones más modernas (hay dos de este tipo, notables, casi hermosas al cabo del tiempo, en ángulos de la antigua Plaza Vieja), remedaron las reposteras innovaciones del «estilo Gran Vía» de Madrid.

Alejo Carpentier (de La Ciudad de las columnas)
 
 

Para la Ceiba

Quiero construir un puente
un puente muy largo y alrededorGiraldilla
un puente
que a través suyo
pueda alcanzar a todas las partes
que anden separadas.
Será un puente de amor.
Más bien
creo que es un abrazo.

Enrique Pineda Barnet
 
 

A la Ceiba quiero volver
sin trazas ya de dolor
y a su vera poner
este mensaje de Amor

Love,
Lao, Miami
 
 

La Paz y el Amor en los corazones de los Hombres.

Nérida, Miami (mamá de Lao)
 
 

Mi deseo:
Que todos los cubanos seamos solidarios con nuestros hermanos en la Patria en este momento de desastre natural, y con todos los que luchan contra el terrorismo internacional.

Saludos a todos y continúen desarrollando la revista.

Carlos García Pascual, República Dominicana
 
 

los muchachos de la Acera del Louvre hacia los 1880's

     Noviembre 15 de 1959 señaló un día hermoso en la vida de una joven pareja cubana. Ella, de la Habana, y él, de Cárdenas, Ciudad Banderas. Una boda siempre era un acontecimiento social y por lo regular se celebraba los sabados...Pero esta pareja deseaba iniciar su nueva vida a la par que un aniversario más de la Ciudad. 
     Decidieron efectuar el matrimonio el domingo Noviembre 15, 1959.
     De la recepción se dirigieron al hotel por unos breves momentos, y a pie se encaminaron al Templete. Allí, con las manos entrelazadas y en silencio, dieron tres vueltas a la ceiba. Su deseo se cumplió. Estuvieron juntos hasta que uno de ellos partió al reino del Señor.
     Ella, cada año, no sólo conmemora un nuevo aniversario de su ciudad natal...sino que recuerda también aquel atardecer como si no hubiera transcurrido el tiempo...

María Teresa Villaverde, viuda de Trujillo, Conneticut
 
 

Del Matadero de la ciudad

     54.  El día seis de Diciembre de mil setecientos noventa y seis comenzó el gobierno del Teniente General Conde de Santa Clara, cuyo carácter generoso, y demás bellas disposiciones contribuyeron a hacer menos sensible la ausencia del señor Casas.1 Pero si es innegable que se hizo más popular que su antecesor, por ciertos rasgos de desinterés, de consideración a la miseria humana en todas sus acepciones, y de afabilidad en todas las clases de la sociedad también es innegable que, menos inclinado al cultivo de las letras, fue el primer causante, por su indiferencia, de aquella noble emulación que reinaba en la sociedad se enervase, con detrimento de la ilustración, que de un modo maravilloso ramificaba.
..........................
     57.  Con respecto a policía, como no es posible que sin proporcionado tiempo, y la aplicación de muchos, se pueda proporcionar la de un país, que en mil setecientos sesenta y tres no tenía casi el Conde de Santa Claraninguna, tampoco es posible que todo lo hubiesen concluido los antecesores al Conde Santa Clara, así como ni él mismo lo pudo verificar,2 ni aún su inmediato sucesor:3 por eso se observa que la capital de una de las Capitanías Generales de primer rango, cabeza de un Obispado, asiento de una Comandancia general de marina, de Intendencias de tierra y mar, de una Universidad, de un Consulado, de una Sociedad económica, y de otros muchos Tribunales y establecimientos diversos, conservase entre sus muros un receptáculo de inmundicia, que arrojaba su pestilencia por toda la ciudad, con tan notorio perjuicio de la salud. Hablo del Matadero principal, al que le eran subordinados, creo que dos o tres de menos crédito. Además del aire nocivo y corrompido que se respiraba cuando soplaba el Sur, a causa de la situación del Matadero, sucedía también que cuando introducían en la ciudad el ganado que se había de matar, solían descarrilarse algunos toros, que enfurecidos con la grita del populacho, causaban muchos daños, y cuando menos ponían en cuidado gran parte del vecindario.4 El Gobernador procuró desde su llegada corregir este defecto, lo que hubo de proponer en Cabildo, y habiéndose representado sobre el caso, con fecha de veinte y cuatro de marzo de noventa y siete el Intendente D. José Pablo Valiente, movido del daño que ocasionaban los aires del Matadero al hospital Real de San Ambrosio, determinó el Conde trasladarle extramuros, al paraje del Horcón, en que hoy existe. Las siguientes inscripciones grabadas en dos losas a la entrada del Matadero, publican esta determinación.
    

      PRIMERA

      Baxo la direccion,
      Celo, actividad y esmero
      Del Regidor Armenteros
      Se erigió esta matazon:
      Todo por disposicion
      Del gefe que con tan rara
      Humanidad, se declara
      Padre de la patria, pues
      Ya está demostrado que es
      El Conde de Santa Clara

      SEGUNDO

      Reynando la Magestad del Señor D. Carlos IV, que Dios guarde, y en el Pontificado de nuestro Santísimo Padre Pío VI. se hicieron esta casa y calzadas, por disposicion del Excelentísimo Señor Conde de Santa Clara, Gobernador y Capitan General de esta ciudad é Isla, baxo la direccion del Caballero Regidor, Depositario general D. José Armenteros.--Año 1797.

Notas

1. Es evidente que al Conde de Santa Clara, aunque no se le puede llamar declarado protector de las letras, como a su inmediato antecesor, contribuyó por otros caminos al lustre y aumento del país. La Habana, generalmente hablando, cuenta con una serie de Gobernadores, cuyas virtudes han superado incomparablemente a sus defectos.

2. Debe advertirse que el tiempo de su gobierno fue por desgracia muy limitado.

3. Dígalo, si no, el empedrado, el alumbrado, la multitud de tabernas indecentes, las plazas públicas, el riego de calles, ese cauce pésimo de la zanja, conductor de un caudal de aguas digno de otra atención; y continuára diciendo mucho más, si no advirtiera que al fin se toman providencias sobre abolición de carretas en la ciudad, y sobre otros particulares de la mayor atención.

4. Algunos de estos toros eran por su calidad sumamente feroces; como se demostraba en la reprensible costumbre de capearlos en el patio del Matadero, donde concurrían los aficionados a sortear los que se habían de matar aquel día para el abasto público. Esta afición a juegos de toros heredada de nuestros padres, se conservaba en la Habana desde las corridas que, según estoy informado, se hacían en la huerta de Bayona: también hubo estas fiestas en la proclamación de Carlos III; después hubo nuevas corridas en el patio del coliseo; y en tiempo del señor Casas se formó la plaza que para el efecto existía en el campo de Marte. Las fábricas de esta plaza eran de madera, y de una regular extensión, y sin regularidad en su estructura.

Antonio J. Valdés. Historia de la Isla de Cuba y en especial de La Habana. La obra, que data de 1813 y quedó inconclusa, fue reeditada por la Comisión Nacional Cubana de la Unesco en La Habana, 1964. pp. 207-09.
 
 

     Desearía que los ciudadanos de los Estados Unidos pudieran (pudiéramos) salir de la situación tan trágica y difícil en que se (nos) encuentran (encontramos).  Desearía que esta posible salida no fuera un escapismo sino una toma de conciencia de que no se puede abusar del resto del mundo con
impunidad por mucho tiempo.

Emilio Bejel
 
 

Eleggua de los cuatro vientos,

dios de los caminos y las encrucijadas,
no te pido lo que ya sabes, 
sólo prometo que si cumples,
mi casa será tu casa por siempre;Eleggua
en ella no tendrás que cuidarte
de ningún otro santo y tu presencia
será recordada en cada pensamiento.
Si olvidas, y dejas que mis deseos
envejezcan sin una recompensa,
entonces yo y los míos daremos la voz
a quienes te burlan a diario
para que seas tú quien recuerde
y no demores la justicia a los que
después de nosotros la pidan.

Jesús Jambrina, Noviembre 12, Iowa.
 
 

Defixionum tabellae

Dioses del mundo inferior, 
ustedes que pueden deslizarse bajo la tierra
y atender las peticiones más oscuras e inconfesables,
les entrego a […].1
Que sus huesos, su carne, su piel,
Su cabello, sus mejillas, sus ojos,
Su frente, su nariz, su boca, su lengua, su habla,
Su estómago, sus pulmones, su corazón,
Su hígado, sus riñones, su vientre, sus brazos,
Sus piernas, sus pies […] todo lo que 
No nombro aquí, se consuma, lentamente.
Que todo el mal que haga
Se vuelva en su contra. 
Dioses del mundo subterráneo, sé que ustedes
Pueden hacerlo: tienen el poder
Y saben conceder los deseos.
 

1 El lector puede añadir el nombre que más excecrable considere. 

Alfredo Alonso, Noviembre 11, 2001, Iowa.
 
 

     Querida ceiba: ya que has quedado en pie después del huracán, te pido, no por mí, sino por los miles de plátanos perdidos, por las toneladas de cítricos, por las cañas caidas y por todo el escombro que iguala a Nueva York. Detén las furias, todas. 

Eneyda Meretriz, Washington, di sí.
 
 

Instrucciones para enterrar tres haikus en el tronco de La Ceiba y ponerla a parir

     Se escriben los haikus, preferiblemente en papel cartucho, se hace un rollito, se le pone adentro un diente de ajo, un clavo sin punta, mucha cascarilla y se amarra el bulto con tres cintas verdes y flamboyán habanerotres amarillas. Saltas del camello frente al Capitolio, bajas por Obispo - hace mucho tiempo que por estas calles nadie empina el paso, nadie empina el pico -, cuidao con los charcos, esquivas la fiana, llegas al Templete, tiemplas el ambiente, el tumulto'e gente, tiemblas con olores y tocas la ceiba y
esperas las doce.
     Sacas tu envoltorio con la mano diestra, le das trece vueltas, pides un deseo, un sólo deseo y siembras tu muerto, los versos contados, justo en el lugar donde el sol regala, todas las mañanas, lapiña vida del árbol. La Ceiba maúlla y se contonea, resopla, da brincos y se limpia en llantos, "creciendo y raspando, temblando", cobra luz y sangre y comienza el parto: mangos y guayabas, naranjas, caimitos, maracas, melones y drúmete nengrito.  Fuegos de artificio va pariendo el templo - que tiempla, que tiembla - y los güijes blancos, negros y chinitos se van para el puerto, a pasear en barco y a botar espantos, y La Ceiba sigue regalando frutos, palabras, guitarras, orquesta de gritos, copa de abundancia, carnaval y rito, buen vino, esperanza, pescadores, peces, panes calentitos.

Del poeta

Invadida de
silencio su garganta.
Sol en ocaso.

De la vida.

Lecho de muerte.
Luna, grillo parado
en la ventana.

De la espera.

Hombre sentado
en su paciencia terca
y nada llega.
 

Germán Guerra, Miami, noviembre y 2001.
 
 

     Deseo mucha paz y prosperidad para el pueblo de Cuba, que pronto volvamos a ser un sólo pueblo, unidos para levantar nuestra patria, y que pronto pueda volver a caminar la Habana Vieja, y dar varias vueltas alrededor de la ceiba situada en el Templete...que Dios me dé bastante salud, para un día poder retirarme en Viñales, Pinar del Río. Gracias, por invitarme a participar ..Saludos..

Paul Díaz

Qué te importa que te quiera, si tú no me quieres ya...

Acerca de la Ausencia y la Presencia

( Gracias a mis circuntancias, en diferentes sitios)

VOLVER NO ES LO MISMO QUE REGRESAR. 
REGRESAR NO ES IGUAL AL VOLVER.
VOLVER PUEDE CERRAR EL CÍRCULO 
ALREDEDOR DEL PUNTO DE PARTIDA. 
-PARA VOLVER NADIE TIENE QUE HABERSE IDO-.
REGRESAR NO ES DAR MARCHA ATRÁS. 
PARA REGRESAR ES NECESARIO HABER SALIDO.
SIN EMBARGO, HAY QUIEN ESTÁ SIN ESTAR, 
Y HAY QUIEN SALE SIN AUSENTARSE. 

HAY QUIEN JAMÁS DESPEGA.
HAY QUIEN JAMÁS EMPRENDE VUELO.

HAY QUIEN SE VA, QUEDÁNDOSE. 
HAY QUIEN SE QUEDA, AUSENTE. 
HAY QUIEN PERMANECE ETERNAMENTE 
DONDE QUIERA QUE VAYA. 

HAY QUIEN DESAPARECE AL INSTANTE 
DE TRASPONER EL UMBRAL.

HAY QUIEN ESTÁ DE VUELTA
DE TODOS LOS CAMINOS.

HAY QUIEN SIEMPRE ESTÁ PRESENTE. 
HAY QUIEN DEBIERA DESAPARECER. 

!AY, QUIÉN FUERA PRESTIDIGITADOR!

Enrique-Ignacio-Simón, mayo 17 de 1997
 
 

     Mis deseos, o mejor dicho, mi sueño utópico, consiste en que algún día la reconciliación nacional sea realidad. Sueño imposible en estos momentos, ya será tarea de otras generaciones acercar a los irreconciliables. Cuando la extrema derecha neofascista de Miami se dé un abrazo de hermano con la intransigencia militante de los "castristas" de la Isla, entonces estaríamos en el camino hacia la Patria para todos y por el bien de todos. Sigamos soñando, y muchas bendiciones para la Ceiba y los gacetilleros de La Habana Elegante.

Leslie Bryon, LMHC
 
 

     Un mensaje para la ceiba y para francisco, que me lo ha pedido tanto. Saludos para mis amigos en La Habana: reina, pedro, carlos (debiste haber llamado, coño), víctor, norge (flotando), topo, y toda la gente de Basarrate (el del balcón de enfrente, especially), y para los dispersos, mil abrazos, varias 
vueltas, y mucho aché....

José (no el "casto", sino el "otro", el Quiroga), Washington, D.C.
 
 

José M. Fors: de la serie Los retratos






     Querido Morán: ¿no nieva este otoño en La Habana? Espérenme el jueves para dar las vueltas a la ceiba con todos Vds; mi deseo es poder hacerlo, y no de forma virtual, algún 15 de noviembre cuando pase lo que tiene que pasar. Reciban en La Habana Elegante todo mi cariño que hago extensivo a todos sus colaboradores, lectores, simpatizantes y, como yo, habaneros de corazón. Para Vd., mi enhorabuena por el afianzamiento de su revista, tan vital, tan llena de ideas y proyectos, con un fuerte abrazo desde España, 

Mª Dolores del Cacho.
 
 

     Me gustaría plantar en la mítica Ceiba la belleza y originalidad de nuestro arte cubano. Qué siempre renazca y brinde a las futuras generaciones la cadencia de nuestra música, tanto la culta como la popular, lo rítmico de nuestros bailes, la elegancia de nuestra poesía, el inigualable colorido de nuestros pintores, la creatividad de nuestros escultores y, sobre todo, las exquisitas voces de nuestras gran - diosas cantantes. Todo salpicado de amor, armonía, paz y cordialidad. Y por favor que se riegue la tierra de esa gran Ceiba con el agua sensual y dulce del Pón Pón en Matanzas.

Muchos saludos,

José, Miami.
 
 

     Recoger, unir, empatar los sueños y descubrir las muchas realidades, los laberintos de nuestro pasado y el enigma de muchos futuros posibles.  Gracias a esfuerzos como L.H.E. que nos ayudan en este viaje entre sombras. 

Olympia B. González, Chicago.
 
 

Aisar Abdalá Jalil Martínez: Paseo del Prado





     En estos tiempos de incertidumbre, hagamos de nuestra Ceiba un punto de anclaje. Que el Exilio sea uno solo, y uno solo con nuestros hermanos en la Isla.
     Que los vientos inestables que soplan en el mundo lleven los corazones de todos los cubanos al corazón mismo de La Más Hermosa."

Sergio A.Fernández, Miami.
 
 

Omí tuto, ana tutu,
tutu laroye ilé tuto.
Agua fresca para que todos tengan fresco,
se sientan bien, haya comprensión y
benevolencia y el ilé esté tranquilo y fresco.

Iba ara ago o
Moyuba
Fe Elegguá Echu lona
A saludarlos hermanos
Les hago reverencia
Elegguá Echú, ábrenos el camino.

(Enviado por Doña Jicotea Concha)
 
 

     Acabo de regresar de Cádiz, esa ciudad hermana de la nuestra. Allí, frente al mar, a la sombra de un enorme ficus, una estatua de Martí una vez más sirvió de punto de reunión de los cubanos nómadas que se reunieron allí para hablar de la literatura que creamos en exilio, sin Patria sí, pero sin amo. No sé si fue la magia yoruba que nos acompaña siempre, pero el ficus se me confundió con la ceiba mientras entonaba junto a los otros el himno nacional, conjurando el temor a haberlo olvidado. Parece que hay cosas que el olvido no arrastra consigo y que, como las raíces de la milenaria ceiba, 
nunca se secan. Pidámosle, pues, al milagroso árbol que la memoria de lo que fuimos y somos reverdezca siempre.

Madeline Cámara, en Calexico aún, California.
 
 

     Deseo con todas las fuerzas que posee mi ser, mi alma, mi ánima y mi espíritu que todo espíritu que me acompañe, que me tenga simpatía, que vela por mi vida y por mi suerte, me ayude a conseguir lo que desde hace tanto tiempo vengo persiguiendo: la posibilidad de vivir en La Habana, al menos por un año. Como sea. Así como la bendición de todos los que me quieren bien para poder vivir felizmente el resto de mis días en paz.

Charo Lamas
 
 

Casal
necesito que sonrías
una risa tuya
la caracajada brutal que abra tu alma a mi película
porque ya no quiero buscarte en la tristeza
ni en la luz que se agota.
Viejito
permite a la ceiba virtual
que los efluvios del gozo de la imagen
se eleven
y mires a cámara
sin desconfianza.

Jorge Luis Sánchez, La Habana
 
 

     Una infinita escama de madera, en el centro de la sucesión católica, se extiende con nombre de cópula en la isla infinita. La sede del muerto que llegó desde la otra orilla es ahora el refugio de un conjuro en la hora de Walpurgis. Brujas enloquecidas y caprichosos duendes balbucean las notas de una música que destila el aroma de los descubiertos por el que ya no está. Una ausencia presente en la medianoche que saluda a los que se enlazan en la médula del aire.

Michael, Miami
 
 
Nos gusta dormir dentro de lo sagrado. Estar protegidos es la meta en nosotros. Una revista cibernética o un árbol al cual le damos vueltas en un ritual de vida, se convierte en un vientre, en un abrazo. En este Noviembre de iconos que se mueven hacia el invierno, saludamos a La Habana Elegante, pidiendo a esta "ciudad de las columnas" que también nos proteja desde su existencia virtual. Acabando de regresar de Cádiz, donde nos reunimos los escritores cubanos de este lado del mar, saludo la Ceiba electrónica y a su director Francisco Morán, recordando la relación mujer-árbol, cuyo nombre es ARBITRA.
Sea la palabra madera que bendiga el camino y nos dé suerte.

Maya Islas, New Jersey-New York



Palma Real



Para los que no estén cerca de una ceiba

     No se amilanen. Sueñen con el tronco fundador de “lo cubano.” De lo que se trata es de dar vueltas y vueltas alrededor de un buen árbol, y pedirle, rogarle, hasta que tenga que respondernos y concedernos algo. Da lo mismo si es un almácigo, o un algarrobo, o un roble – los cuban-american pueden decir “oak” –, o una Palma Real; sí, una buena Palma Real-Erguida-Erecta-Atravesada-PeroIndoblegable-Como-Las-De-La Jiribilla.  Hagamos nuestro propio templete, y con la columnas que tengamos a mano. Cojámonos todos – de las manos – y pidamos nuestros deseos, y, sobre todo, ayudemos al árbol haciéndolos realidad nosotros mismos. A todos felicidad y aché. A gritar, pero jubilosos y esperanzados. Dedicamos esta espléndida ceiba a nuestros amigos: José Quiroga, Karlos, Félix Lizárraga, Jesús J. Barquet, Jesús Jambrina, Alfredo Estenoz, Norge Espinosa y Roberto Zurbano. 

Francisco Morán, junto a la ceiba y el Templete de La Habana Elegante.
 

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